Todos los cristianos sabemos que no debemos luchar en nuestras fuerzas ya que Jehová es quien pelea por nosotros. Éxodo 14: 14 “Jehová peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos.”
Lo que pocos cristianos conocen es
que estar tranquilos no es estar inactivos.
Jehová le recuerda a moisés que el
ya le ha dado el poder en sus manos, solo tenia que actuar. V 16 “tú alza tu vara, y extiende tu
mano sobre el mar, y divídelo, y entren los hijos de Israel por en medio del
mar, en seco.”
En esta ocasión David también le
hace la misma recomendación al pueblo, alaben a Dios con sus bocas, pero
actúen, Dios respaldaría lo que ellos hagan. Salmos 149: 6 “Exalten a Dios con sus gargantas,
Y espadas de dos filos en sus manos,”
No podían pedirle a Dios que les
permita ganar la guerra y ellos solo alabando con las manos cruzadas.
Si estas orando para que Jesucristo
te haga ganar las batallas de cada día, prepárate para pelear, no puedes
pedirle a Jesucristo que te haga vender bastante en el almacén que el te regalo,
si no estas dispuesto a ir abrirlo.
Un boxeador no puede pedirle a
Jesucristo que le permita ser campeón si no está dispuesto a subirse al ring
para pelear con su contrincante.
En el mundo secular hay un adagio
que dice: a Dios rogando y con el mazo dando, a los cristianos nos molesta este
dicho y decimos que no es bíblico y es verdad no es bíblico, pero tierne mucho que
ver con lo que dice David, es necesario orar con mucha fe, pero también actuar.
Jesucristo no promete quitarnos los
problemas, el promete que cuando tengamos que pasar por el fuego o por el agua,
es decir el promete que cuando tengamos problemas el estará con nosotros para
fortalecernos y de esta forma nos podamos enfrentar a los problemas. Isaías 43. 2 “Cuando pases por las aguas, yo
estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego,
no te quemarás, ni la llama arderá en ti.”
Jehová no promete quitarnos las
batallas propias de cada día, el promete entrenarnos para que resultemos
victoriosos. Salmos 144: 1 “Bendito
sea Jehová, mi roca, Quien adiestra mis manos para la batalla, Y mis dedos para
la guerra;”
Entre mas importante sea lo que le
pedimos a Dios más será el esfuerzo que tenemos que realizar, si ser victorioso
fuera fácil, cualquiera lo conseguiría.
Cada ves que iniciamos un proyecto
o cada vez que nos disponemos a lograr algo en la vida se nos convierte en una
batalla.
Jesucristo nos da todos los medios
para que triunfemos, pero somos nosotros quienes tenemos que esforzarnos por
conseguirlo. Josué 1: 6 “Esfuérzate
y sé valiente; porque tú repartirás a este pueblo por heredad la tierra de la
cual juré a sus padres que la daría a ellos.”
Si quieres ser un excelente
empresario, un buen estudiante en la universidad o simplemente si quieres ser
el mejor en lo que hagas tienes que pedirle a Jesucristo que te ayude, pero
también debes estar preparado para la batalla que eso significa.