sábado, septiembre 14, 2024

Salmos 117. Agradecidos con Dios.


 El deseo de Dios es que todos sin excepción aprendamos a alabarlo. 117: 1 “Alabad a Jehová, naciones todas; Pueblos todos, alabadle.

Alabar es destacar las cualidades de alguien, en este caso es destacar las maravillas de Jesucristo.

La razón por la cual debemos alabarlo de todo corazón, es porque él nos salvó por misericordia ya que todos estábamos en pecado y lo único que merecíamos era la muerte. V 2 “Porque ha engrandecido sobre nosotros su misericordia, Y la fidelidadde Jehová es para siempre. Aleluya.”

Cada uno de nosotros quienes nos llamamos cristianos debemos mirar en lo profundo de nuestro corazón cuales son nuestras propias razones para adorarlo y alabarlo.

Preguntémonos por un momento como era nuestra vida antes de recibir a Jesucristo en nuestro corazón.

Muchas personas hoy pueden decir que Jesucristo restauro su matrimonio, unió a su familia, le ayudo económicamente. Etc. Son muchas las cosas maravillosas que Jesucristo hiso en nuestra vida.

El agradecimiento es esa fuerza que nos lleva a valorar lo que los demás hacen por nosotros una persona agradecida tiene la capacidad de ser feliz ya que disfruta lo que tiene.

Las personas desagradecidas no tienen paz en su corazón ya que siempre están insatisfechas con lo que tienen. La infelicidad comienza cuando no se valora lo que tiene por estar anhelando lo que no se tiene.

El mandato de Jesucristo es que todos seamos agradecidos. 1 tesalonicenses 5:18 “dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para vosotros en Cristo Jesús.” El ser agradecido en todo, hace que tengamos abiertas siempre las puertas de oportunidad.

El agradecimiento a los siervos que Dios utiliza para hablarnos y transformar nuestra vida nos haría generosos con ellos a la hora de recibir nuestras bendiciones. Gálatas 6: 6 “El que es enseñado en la palabra, haga partícipe de toda cosa buena al que lo instruye.

La motivación más grande que debemos tener para alabar a Jesucristo es reconocer que él es bueno. 1 crónicas 16: 34 “¡Alaben al Señor porque él es bueno, y su gran amor perdura para siempre!

Jesucristo es tan bueno con nosotros que entrego su vida para darnos a nosotros vida y vida en abundancia. Juan 10: 10 “El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.”

Cuando estamos en un estado de presión de soledad de tristeza o cuando sencillamente son las emociones las que nos dominan, estamos en la condición de muertos, Jesucristo nos hace libres de toda atadura.

Jesucristo nos da un nuevo corazón, capas de amar, de sentir, de perdonar y sobre todo de disfrutar de las maravillas que Dios nos da; entre esas maravillas nuestra familia y nuestra vida.

Si no quieres vivir desanimado y con pocas ganas de congregarte o de servir, busca en tu corazón razones para estar siempre agradecido o agradecida con Jesucristo.

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