El actuar bien o mal no solo tiene que ver con santidad. El actuar bien o mal determina nuestro éxito o nuestro fracaso. Si hacemos las cosas mal equivale a sembrar mala semilla, lo que sembramos es lo que recogemos. Gálatas 6: 7 “No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.” Nuestra forma de tratar a los demás también equivale a sembrar.
De la forma como queremos que los demás nos traten debemos tratarlos.
Mateo 7: 12 “Así que, todas las cosas que queráis que
los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque
esto es la ley y los profetas.”
Si sembramos en los demás, maltrato,
egoísmo, malas palabras, eso es lo que también cosecharemos de ellos. Como quieres
que te traten en tu vejes, de esa forma debes tratar a los demás en tu
Juventud.
Es bueno saber cuándo estamos actuando bien o mal con nosotros
mismos o ante los demás, ya que conforme pase el tiempo podríamos vernos
beneficiados o perjudicado en muchos aspectos, y después generalizar diciendo
que “así es la vida”, cuando uno tiene la capacidad de trazar un mejor destino.
Recordemos que todos hemos actuado mal, pero el verdadero
problema es no querer levantarse, no hacer rectificaciones y no querer mejorar
para bien lo que tengamos que mejorar.
- Actuar mal tiene que ver cuando
hacemos las cosas movidas por el egoísmo que cada uno pose
intrínsecamente.
- Actuar
bien tiene que ver cuando dejas el egoísmo y consideras las necesidades de
otro, cuando sabes apreciar las virtudes de la otra persona, cuando haces
algo profundo y desinteresado. Cuando miras “con buen ojo” a la otra persona,
aunque tenga defectos, porque sabes que también un tiempo fuiste así o
podrías seguir siendo así lleno de “defectos”.
David sabía que su comportamiento era el correcto. Tanto que
tranquilamente se lo podía recordar a Jehová. V 1 – 2 “Jehová, no se ha envanecido mi corazón, ni mis ojos se
enaltecieron; Ni anduve en grandezas, Ni en cosas demasiado sublimes para mí. 2En
verdad que me he comportado y he acallado mi alma Como un niño destetado de su
madre; Como un niño destetado está mi alma.”
Antes de lamentarnos por lo que nos pueda estar pasando y
recriminarle a Jesucristo deberíamos preguntarnos, que estoy sembrando.
Lo que nos este pasando sean cosas buenas o malas es
resultado de lo que hayamos sembrado.
Si no estas contento con lo que cosechas deberías pensar muy
seriamente en cambiar la semilla que estas sembrando.
El actuar bien no solo tiene que ver con que las cosas nos
salgan bien, el actuar bien hace que podamos disfrutar lo que hacemos.