De nada sirve que te jactes de ser una buena persona, si después no ayudas a los demás. No importa lo ingenioso que afirmes ser, si después no haces nada creativo. Alardear de aquello que crees ser es muy fácil, lo difícil está en llevarlo a cabo. La pregunta obligada es ¿por qué lo haces?, ¿cuál es el motivo escondido tras aquello que confirmas, pero no demuestras?
Por mucho que expresemos buenas
intenciones, lo que hablará de nosotros será lo que hacemos. Nuestras acciones siempre
pesarán más que nuestras palabras. Sin embargo, el hecho de creer lo contrario
dice mucho de la manera en la que nos relacionamos con los demás, de cómo nos
mostramos y cómo manipulamos la realidad.
Para Jesucristo la mejor
forma de conocer a alguien es a través de o que hace, es decir sus frutos.
Mateo 7: 16 “Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas
de los espinos, o higos de los abrojos?”
A Jehová Dios se lo conoce
por lo que hace, veamos algunas cosas de las muchas cosas que Jehová hace.
1. El fundo la Tierra “El fundó la tierra sobre sus cimientos;
No será jamás removida.”
2. Él nos provee de todo lo
necesario a los hombres como a los animales. V 11-14 “Dan de beber a todas las bestias del campo; Mitigan su
sed los asnos monteses. 104:12 A sus orillas habitan las aves de
los cielos; Cantan entre las ramas. 104:13 El riega los montes desde sus
aposentos; Del fruto de sus obras se sacia la tierra. 104:14 El hace producir el heno para las
bestias, Y la hierba para el servicio del hombre,
Sacando el pan de la tierra,”
En una sola palabra
podríamos asegurar que las obras de Jehová son innumerables. V 24 “¡Cuán innumerables son tus obras, oh Jehová! Hiciste
todas ellas con sabiduría; La tierra está llena de tus beneficios.”
Hablar de lo que hace Jehová
es fácil, tan solo tenemos que abrir nuestros ojos cada mañana y mirar a
nuestro alrededor. Es más, nuestra forma de vida actual hace parte de esas
cosas maravillosas que hace Dios.
No hay duda entonces que
nuestros frutos son los que tienen que hablar de nosotros. Como entonces
mejorar nuestra productividad en esta vida.
1. Hacer de nuestra mente y
nuestro corazón un buen terreno. Mateo
13: 8 “Pero parte cayó en buena
tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno”
por muy buena que sea la semilla si no tiene un terreno apto su productividad
no será la mejor.
2. Sembrando una Buena
semilla el terreno puede ser muy bueno, pero si la semilla es mala el fruto no
será el mejor. La semilla que podemos sembrar en nuestra mente y en nuestro
corazón son los pensamientos. Filipenses
4: 8 “Por lo demás, hermanos,
todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo
amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de
alabanza, en esto pensad”
3. No juntándonos con
personas que dañan nuestros pensamientos que son nuestra semilla. 1 corintios
15: 33 “No erréis; las malas
conversaciones corrompen las buenas costumbres.”
4. Regando la tierra de
nuestro corazón con buena agua. La única fuente de agua vivía es Jesucristo.
Juan 4: 14 “más el que
bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo
le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.”
5. No ser ociosos. El ocio
causa malos pensamientos y nuestros malos pensamientos nos hacen dar malos
frutos. 2 Pedro 1: 7- 8 “a
la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor.
1:8 Porque si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar
ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo”
Solo Jesucristo puede hacer
que demos buenos frutos, es decir nuestro comportamiento cambia cuando Cristo
toma el control de nuestra vida. Juan 15: 5 “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece
en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis
hacer.”
De nada sirve que seamos
expertos en hablar cosas bonitas sobre nosotros, si nuestros actos dicen todo
lo contrario.
ESCUCHA NUESTRA RADIO CLIK AQUÍ