domingo, septiembre 01, 2024

Salmo 104. Eres lo que Haces.

 

De nada sirve que te jactes de ser una buena persona, si después no ayudas a los demás. No importa lo ingenioso que afirmes ser, si después no haces nada creativo. Alardear de aquello que crees ser es muy fácil, lo difícil está en llevarlo a cabo. La pregunta obligada es ¿por qué lo haces?, ¿cuál es el motivo escondido tras aquello que confirmas, pero no demuestras?

Por mucho que expresemos buenas intenciones, lo que hablará de nosotros será lo que hacemos. Nuestras acciones siempre pesarán más que nuestras palabras. Sin embargo, el hecho de creer lo contrario dice mucho de la manera en la que nos relacionamos con los demás, de cómo nos mostramos y cómo manipulamos la realidad.

Para Jesucristo la mejor forma de conocer a alguien es a través de o que hace, es decir sus frutos. Mateo 7: 16 “Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos?

A Jehová Dios se lo conoce por lo que hace, veamos algunas cosas de las muchas cosas que Jehová hace.

1. El fundo la Tierra “El fundó la tierra sobre sus cimientos; No será jamás removida.

2. Él nos provee de todo lo necesario a los hombres como a los animales. V 11-14 “Dan de beber a todas las bestias del campo; Mitigan su sed los asnos monteses. 104:12 A sus orillas habitan las aves de los cielos; Cantan entre las ramas. 104:13 El riega los montes desde sus aposentos; Del fruto de sus obras se sacia la tierra. 104:14 El hace producir el heno para las bestias, Y la hierba para el servicio del hombre,
Sacando el pan de la tierra
,

En una sola palabra podríamos asegurar que las obras de Jehová son innumerables. V 24 ¡Cuán innumerables son tus obras, oh Jehová! Hiciste todas ellas con sabiduría; La tierra está llena de tus beneficios.

Hablar de lo que hace Jehová es fácil, tan solo tenemos que abrir nuestros ojos cada mañana y mirar a nuestro alrededor. Es más, nuestra forma de vida actual hace parte de esas cosas maravillosas que hace Dios.

No hay duda entonces que nuestros frutos son los que tienen que hablar de nosotros. Como entonces mejorar nuestra productividad en esta vida.

1. Hacer de nuestra mente y nuestro corazón un buen terreno.  Mateo 13: 8 “Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno” por muy buena que sea la semilla si no tiene un terreno apto su productividad no será la mejor.

2. Sembrando una Buena semilla el terreno puede ser muy bueno, pero si la semilla es mala el fruto no será el mejor. La semilla que podemos sembrar en nuestra mente y en nuestro corazón son los pensamientos.  Filipenses 4: 8 “Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad

3. No juntándonos con personas que dañan nuestros pensamientos que son nuestra semilla. 1 corintios 15: 33 “No erréis; las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres.

4. Regando la tierra de nuestro corazón con buena agua. La única fuente de agua vivía es Jesucristo. Juan 4: 14 “más el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.

5. No ser ociosos. El ocio causa malos pensamientos y nuestros malos pensamientos nos hacen dar malos frutos. 2 Pedro 1: 7- 8 “a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor. 
1:8 Porque si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo

Solo Jesucristo puede hacer que demos buenos frutos, es decir nuestro comportamiento cambia cuando Cristo toma el control de nuestra vida. Juan 15: 5 “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.

De nada sirve que seamos expertos en hablar cosas bonitas sobre nosotros, si nuestros actos dicen todo lo contrario.

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