La única forma para que se acabe la maldad en este mundo es permitiendo que Jesucristo sea el que gobierne. Lamentablemente mientras el hombre siga alejado de Dios, el que seguirá gobernando en esta tierra es satanás. 1 Juan 5: 19 “Sabemos que somos de Dios, y el mundo entero está bajo el maligno.” satanás mantiene enceguecido al hombre. 2 corintios 4: 4 “en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios.”
Satanás influye en las decisiones y
en la forma de actuar del hombre. Efesios 2: 2 “en los cuales anduvisteis en otro
tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la
potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia” de nada
sirve que el hombre exija la paz y los gobiernos se esfuercen por conseguirla
si no se vuelven a Jesucristo.
Si en la iglesia que pastoreamos
nos mueve la envidia, en la casa se manifiesta el egoísmo, a si digamos que
somos cristianos, mientras existan esos sentimientos, ¿quién crees que gobierna
en nuestro corazón?
El gobierno de Jesucristo aquí en
la tierra comienza gobernando primero en el corazón de cada persona que lo
recibe voluntariamente.
Que sucede cuando Jesucristo Reina.
1. En la Tierra hay Regocijo. V 1 “Jehová reina;
regocíjese la tierra, Alégrense las muchas costas.” Jehová
cambia nuestro lamento en gozo. Salmos 30: 11 “Has cambiado mi lamento
en baile; Desataste mi cilicio, y me ceñiste de alegría” aun en
medio de la tormenta podemos experimentar paz.
Jesucristo no nos quita muchos de
nuestros problemas, pero si nos da tranquilidad, la intranquilidad o la
angustia es lo que nos hace tomar malas decisiones. 1 Pedro 5: 7 “echando toda vuestra
ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.”
2. Hay Justicia. V 2 “Nubes y oscuridad
alrededor de él; Justicia y juicio son el cimiento de su trono” nosotros
los seres humanos definimos justicia como la acción de dar a cada quien lo que
se merece. La justica de Jehová está basada en la misericordia, es decir
perdonar a quien no merece perdón.
Pregúntate por un momento que
pasaría si Dios nos diera a cada uno de acuerdo a lo que nos merecemos, será
que en realidad merecemos todo lo que tenemos, ¿lo que Dios nos ha dado?
Son más las cosas malas que hemos
hecho que las cosas buenas, siempre estamos equivocándonos y defraudando a
Dios, te imaginas si Dios nos diera conforme a lo que merecemos, probablemente
ya no existiéramos.
3. Nos cuida de nuestros enemigos.
V 10 “Los
que amáis a Jehová, aborreced el mal;
El guarda las almas de sus santos; De mano de los impíos los libra” Jehová
nos protege, pero no nos sobreprotege, los seres humanos confundimos protección
con sobre protección. Cuando nosotros no permitimos que nuestros hijos sufran o
tengan dificultades los convertimos en inútiles, por esta razón la protección
de Dios no consiste en quitarnos todos los problemas.
3.1. Nos
entrena para la batalla. Salmos 144: 1 “Bendito sea Jehová, mi roca,
Quien adiestra mis manos para la batalla, Y mis dedos para la guerra”
3.2. Nos da
los medios o las herramientas para que podamos luchar. Deuteronomio 8: 18 “Sino acuérdate de
Jehová tu Dios, porque él te da el poder para hacer las riquezas, a fin de
confirmar su pacto que juró a tus padres, como en este día” es Dios
quien nos da diferentes capacidades para que podamos tener vidas de prosperidad
y de Éxito.
3.3. Nos
corrige. Proverbios 3: 12 “Porque Jehová al que ama castiga,
Como el padre al hijo a quien quiere” La única forma de conseguir la
perfección es a través de la corrección, sin corrección no hay perfección.
4. Podemos vivir aquí en la Tierra
como en un Paraíso. Levítico 26: 6 “Y yo daré paz en la tierra, y dormiréis, y no habrá
quien os espante; y haré quitar de vuestra tierra las malas bestias, y la
espada no pasará por vuestro país” de nada sirve que nosotros los
cristianos anhelemos un día vivir en el cielo si aquí en la tierra vivimos en
un infierno. Con intolerancia, envidias, arrogancia. Etc.
Dios quiere que un día vivamos en
el cielo, pero también quiere que aquí en la tierra tengamos vidas de
excelencia. Es decir que cada día podamos vivir mejor.
Deja que Jesucristo gobierne tu
corazón, solo si él está en nosotros nuestra vida será diferente y cada día
mejor. En nuestras propias fuerzas es imposible mejorar nuestra calidad de
vida.