El verdadero éxito no es disfrutar del triunfo cada vez que se consigue algo.
El verdadero éxito es una
forma de vida, experimentamos el éxito en cada área de nuestra vida, cuando nos
levantamos, pero también cuando caemos con la convicción que nos levantaremos
aprendiendo de esa caída.
El hacer del éxito una forma de
vida se llama prosperidad, José el de los sueños era esclavo y estaba en la cárcel,
pero era prospero. Genesis 39: 23 “No necesitaba atender el jefe de la cárcel cosa alguna de las que
estaban al cuidado de José, porque Jehová estaba con José, y lo que él hacía,
Jehová lo prosperaba”
Una persona que hace del éxito una
forma de vida de las peores circunstancias saca material para aprender y
enseñar a los demás.
Como hacer del éxito una forma de Vida.
1. Saber de dónde se proviene. Del
versículo 3 al 61. Cada joven sabía perfectamente quienes eran sus familiares.
Saber quiénes eran o son nuestros familiares nos permite corregir errores o
continuar con lo bueno.
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1.1. El que no sabe de donde proviene muy posiblemente
no sabe para dónde va. V 62 “Estos buscaron su
registro de genealogías, y no fue hallado; y fueron excluidos del sacerdocio,”
2. Conocer muy bien nuestras
destrezas o habilidades. V 36, 41 “Los
sacerdotes: los hijos de Jedaías, de la casa de Jesúa, novecientos setenta y
tres; Los cantores: los hijos de Asaf, ciento veintiocho.” Cuando alguien sabe lo que puede
hacer, su trabajo es más efectivo y por lo tanto es más útil.
3. Saber cuáles son nuestras
funciones. V 43 “Los sirvientes del
templo: los hijos de Ziha, los hijos de Hasufa, los hijos de Tabaot,” cuando
cada quien sabe lo que le toca hacer el trabajo rinde y queda mejor.
4. Ser ordenado en todo, solo el
orden genera prosperidad. V 63 “y
el gobernador les dijo que no comiesen de las cosas más santas, hasta que
hubiese sacerdote para consultar con Urim y Tumim”
5. Trabajar en unidad. No basta con
ser un equipo. Se necesita tener una misma visión, un mismo propósito. V 64 “Toda la congregación, unida como un solo hombre, era de
cuarenta y dos mil trescientos sesenta,”
6. Contribuir según sus fuerzas o
recursos. V 68 - 69 “Y algunos de los
jefes de casas paternas, cuando vinieron a la casa de Jehová que estaba en
Jerusalén, hicieron ofrendas voluntarias para la casa de Dios, para
reedificarla en su sitio. 2:69 Según sus fuerzas dieron al tesorero de la
obra sesenta y un mil dracmas de oro, cinco mil libras de plata, y cien túnicas
sacerdotales.” Cuando las personas no contribuyen con lo que saben
se convierten en estorbo para los que quieren lograr algo.
7. Conocer nuestros dones y
talentos es decir conocer muy bien cuáles son nuestras habilidades y ponerlas a
producir. V 70 “Y habitaron los
sacerdotes, los levitas, los del pueblo, los cantores, los porteros y los
sirvientes del templo en sus ciudades; y todo Israel en sus ciudades.”
Para las personas triunfadoras no basta con lograr un triunfo de vez en cuando, las verdaderas personas
triunfadoras son aquellas que han hecho del éxito una forma de vida. Saben vivir
bien en la abundancia y en la escases.