El triunfar está más ligado a nuestra mentalidad que a nuestra estrategia.
Podemos
tener las mejores estrategias para triunfar, pero si nuestra actitud es
negativa y derrotista de nada sirve.
Cada uno de
nosotros tenemos la capacidad y el poder de moldear nuestra vida y el como la
queremos diseñar depende de nuestra actitud.
Todas las
personas de éxito saben que las cosas no se las consigue fácil, cada mañana
debemos levantarnos pensando que tendremos una batalla que ganar.
Las actitudes son, hábitos de pensamiento y respuestas emocionales a un
estímulo determinado. Una actitud es una inclinación permanente a reaccionar de
cierta manera, cada vez que respondemos a una situación determinada.
La persona optimista es constante y perseverante. Sabe que el
éxito es cuestión de tiempo y esfuerzo. Cada paso es una meta y cada meta es un
éxito. La actitud es algo clave en todas las facetas de la vida: ante una
ruptura sentimental, una depresión, el desempleo…
Es normal que en momentos de crisis sintamos miedo o temor, en algunas
ocasiones todo parece perdido, pero es necesario mantenernos en tranquilidad. V
16 “Oí, y se conmovieron mis entrañas; A la voz temblaron mis
labios; Pudrición entró en mis huesos, y dentro de mí me estremecí; Si bien
estaré quieto en el día de la angustia,
Cuando suba al pueblo el que lo invadirá con sus tropas.”
Estarse quieto en el momento de la adversidad no es quedarse sin hacer
nada, quedarse quieto en la adversidad es tener la capacidad de mantener la
calma y la tranquilidad.
Solo la calma y la tranquilidad nos da la capacidad de pensar y buscar
soluciones a nuestros problemas.
En los momentos de adversidad es cuando más dispuestos debemos estar a
cambiar nuestra actitud y nuestra manera de actuar. V 17 “Aunque
la higuera no florezca, Ni en las vides haya frutos, Aunque falte el producto
del olivo, Y los labrados no den mantenimiento, Y las ovejas sean quitadas de
la majada, Y no haya vacas en los corrales”
Como triunfar con nuestra actitud.
1.Tomando la determinación de alegrarnos. V
18 a “Con todo, yo me alegraré en Jehová,” somos nosotros quienes decidimos como
actuar en un momento determinado.
·
1.1.
El apóstol pablo consideraba que si él iba triste hacia que las personas con
quien se encontraba también estuvieran tristes. 2 Corintios 2: 1 “Esto,
pues, determiné para conmigo, no ir otra vez a vosotros con tristeza. 2 Porque si yo os contristo, ¿quién será
luego el que me alegré, sino aquel a quien yo contristé?”
2.Decidiendo gozarse. V 18 b “Y
me gozaré en el Dios de mi salvación.” La alegría es temporal es un sentimiento
originado por algún acontecimiento. Nos da alegría cuando nos suben el salario,
pero se nos quita la alegría cuando le subieron a los productos en el
supermercado.
·
2.1. El gozo
o el deleite es duradero porque es una condición, me disfruto lo que me como,
el disfrute de algo que está por encima de las circunstancias del momento.
·
2.2. Puedo
estar triste y a la vez disfrutar de eso que tanto anhelo. Es mas eso que me
disfruto cambia mi tristeza en agria.
3. Llenándose de fortaleza. V 19 a “Jehová el Señor es mi
fortaleza,” Jesucristo
no nos quita los problemas, pero si nos da fuerzas para que podamos avanzar.
·
3.1. La
fortaleza nos da la capacidad de poder levantarnos cuando caemos o de no
sentirnos derrotados cuando las cosas no salen como lo esperábamos. 2 Corintios
4: 8-9 “que estamos atribulados en todo, mas no
angustiados; en apuros, mas no desesperados; perseguidos, mas no
desamparados; derribados, pero no destruidos”
4. Pidiéndole a Jesucristo que nos dé más
habilidad en lugar de pedirle que nos quite las cargas. V 19 b “El
cual hace mis pies como de ciervas, Y en mis alturas me hace andar”
Nuestra actitud es la que determina nuestro
éxito o nuestro fracaso, la actitud positiva que sumimos frente al problema es
lo que nos hace ver el problema como una oportunidad de cambio.