Hay cosas que Dios permite que pasen en nuestra y nada podemos hacer para evitarlas. Tratar de oponernos a lo que Dios permite seria como nadar en un Rio en contra de la corriente.
En esta vida hay momentos donde Dios nos permite luchar a través de los medios que él nos da. Pero hay momentos de nuestra vida donde ya todo está dispuesto y lo único que nos queda es obedecer.
Para saber en qué momentos tenemos que quedarnos quietos y obedecer o cuando tenemos que actuar y luchar necesitamos conocer los planes o propósitos de Dios para nuestra vida. Si leemos este capítulo 39 vamos a encontrar una historia aterradora, al rey Sedequias le sacan los ojos y a sus hijos y príncipes los matan de una manera cruel ellos son degollados. V 6 – 7 “Y degolló el rey de Babilonia a los hijos de Sedequías en presencia de éste en Ribla, haciendo asimismo degollar el rey de Babilonia a todos los nobles de Judá. Y sacó los ojos del rey Sedequías, y le aprisionó con grillos para llevarle a Babilonia.”
Muchas veces en nuestra vida experimentamos cosas que nos parecen desagradables e injusto de parte de Dios. Pero cada una de esas cosas, tienen una Razón de ser.
Pero que es lo que en realidad sucedió.
El pueblo de Dios se revelaba de manera continua contra Jehová por esto Dios prometió que los castigaría sometiéndolos a cautiverio. 34: 2-5 “Así ha dicho Jehová Dios de Israel: Ve y habla a Sedequías rey de Judá, y dile: Así ha dicho Jehová: He aquí yo entregaré esta ciudad al rey de Babilonia, y la quemará con fuego; y no escaparás tú de su mano, sino que ciertamente serás apresado, y en su mano serás entregado; y tus ojos verán los ojos del rey de Babilonia, y te hablará boca a boca, y en Babilonia entrarás. on todo eso, oye palabra de Jehová, Sedequías rey de Judá: Así ha dicho Jehová acerca de ti: No morirás a espada. En paz morirás, y así como quemaron especias por tus padres, los reyes primeros que fueron antes de ti, las quemarán por ti, y te endecharán, diciendo, ¡Ay, señor! Porque yo he hablado la palabra, dice Jehová.”
Y la hora del cumplimiento de la palabra de Dios había llegado. 39: 1 “En el noveno año de Sedequías rey de Judá, en el mes décimo, vino Nabucodonosor rey de Babilonia con todo su ejército contra Jerusalén, y la sitiaron.” Muchas cosas que nos suceden son consecuencias de nuestros propios actos.
Cuando nos enfrentamos a lo inevitable solo quedan tres cosas por hacer.
1. Relajarnos, obedecer y dejar que pasen las cosas. 38: 17 “Entonces dijo Jeremías a Sedequías: Así ha dicho Jehová Dios de los ejércitos, Dios de Israel: Si te entregas en seguida a los príncipes del rey de Babilonia, tu alma vivirá, y esta ciudad no será puesta a fuego, y vivirás tú y tu casa.” si Sedequías obedecía el viviría en paz aun medio del cautiverio y el pueblo no sería destruido.
Un Adagio popular oriental dice: si tu problema tiene solución para que te preocupas, si tu problema definitivamente no tiene solución, para que te preocupas.
2. Poner resistencia. 39: 4 “Y viéndolos Sedequías rey de Judá y todos los hombres de guerra, huyeron y salieron de noche de la ciudad por el camino del huerto del rey, por la puerta entre los dos muros; y salió el rey por el camino del Arabá.” cuando nos resistimos simplemente las cosas se empeoran y salen mal. El huir era una forma de oponerse a la orden de Jehová. Ellos debían ir en cautiverio. Esta desobediencia fue lo que desato toda la tragedia que ya miramos en los versículos 6-7
3. Ignorar lo que está sucediendo. 38: 24-25 “Y dijo Sedequías a Jeremías: Nadie sepa estas palabras, y no morirás. Y si los príncipes oyeren que yo he hablado contigo, y vinieren a ti y te dijeren: Decláranos ahora qué hablaste con el rey, no nos lo encubras, y no te mataremos; asimismo qué te dijo el rey;” no importa cuánto ignoremos el problema lo cierto es que el problema sigue ahí y cada vez tiende a crecer.
Un ejemplo de que es estar frente a lo inevitable podría ser: cuando el odontólogo determina que alguien tiene una muela demasiado dañada y que la única forma de no dañar las otras o incluso evitar un cáncer seria extrayéndola. Esto es algo inevitable se tiene que hacer.
1. El paciente puede tranquilizarse o relajarse para que el medico haga su trabajo y de esta forma sufrir menos
2. El Paciente se resiste y toma la mano del odontólogo para forcejear con él. Esto puede ocasionar que el medico lastime al paciente con la fresa o cualquier otro instrumento quirúrgico.
3. Ignora el problema y decide no acudir al médico y de esta forma evita que le saquen la muela. El problema es que todas las demás muelas se infectan o lo más triste sus encías pueden contraer cáncer como se lo había advertido el médico.
Sedequias solo tenía que dejar de luchar frente a lo inevitable de esta forma el quedaba con sus ojos sanos, su familia y sus príncipes vivos. No luches en contra de los designios de Dios él sabe que es lo que a ti y a mí nos conviene. Recuerda que todo lo que nos sucede es para nuestro bien.