Para Dios es muy importante su palabra. A través de ella podemos ser instruidos. 2 Timoteo 3: 16 “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia,”
La palabra de Dios es tan importante que si nosotros la despreciamos Dios también deprecia nuestras oraciones. Proverbios 28: 9 “El que aparta su oído para no oír la ley, Su oración también es abominable.”
Jesucristo no vino para juzgarnos eso es cierto pero lo que nos juzgará es su palabra. Juan 12: 47-48 “Al que oye mis palabras, y no las guarda, yo no le juzgo; porque no he venido a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo. 12:48 El que me rechaza, y no recibe mis palabras, tiene quien le juzgue; la palabra que he hablado, ella le juzgará en el día postrero.”
La palabra es la que nos prospera es decir hace que todo lo que hagamos nos salga bien. Josué 1: 8 “Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.”
Para David era tan importante el cumplimiento de la palabra que le dedico más tiempo que cualquier otra cosa. El salmo más largo precisamente es el 119 y se refiere a la palabra.
Esto nos hace pensar: ¿En las iglesias cuanto tiempo le estamos dedicando al estudio de la palabra y cuánto tiempo a promocionar milagros? Recuerda que el pueblo de Dios no se perdió por falta de milagros el pueblo de Dios se perdió por falta de conocimiento. Oseas 4: 6 “Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento. Por cuanto desechaste el conocimiento, yo te echaré del sacerdocio; y porque olvidaste la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos.”
Hoy es muy común encontrar pastores que se pasan la vida entreteniendo cabras y no alimentando ovejas a través de la palabra.
Los beneficios de la Palabra.
1. Nos hace enteramente Felices. V 1-2 “Bienaventurados los perfectos de camino, Los que andan en la ley de Jehová. 119:2 Bienaventurados los que guardan sus testimonios, Y con todo el corazón le buscan;” la biblia nos da la felicidad que el dinero nunca podrá comprar.
2. Nos mantiene libres de maldad. V 3 “Pues no hacen iniquidad Los que andan en sus caminos.”
3. Nos evita quedar en vergüenza. V 6 “Entonces no sería yo avergonzado, Cuando atendiese a todos tus mandamientos” cuando hacemos las cosas de manera equivocada por lo general siempre quedamos en vergüenza.
4. El Camino del Joven es limpio. V 9 “¿Con qué limpiará el joven su camino? Con guardar tu palabra” si desde pequeños acostumbráramos a nuestros hijos a estudiar la palabra no tendríamos que sufrir con ellos en grandes.
5. Nos libra de todo pecado. V 11 “En mi corazón he guardado tus dichos, Para no pecar contra ti.” si nuestra mente está llena de la palabra de Dios no tendrá espacio para cosas del mundo.
6. Nos libra de vivir en vanidad. V 37-38 “Aparta mis ojos, que no vean la vanidad; Avívame en tu camino. 119:38 Confirma tu palabra a tu siervo, Que te teme.”
Como hacer que la palabra de Dios este en nuestro corazón.
1. Debemos pedirle a Jehová que él nos enseñe su palabra. V 33-34 “Enséñame, oh Jehová, el camino de tus estatutos, Y lo guardaré hasta el fin. 119:34 Dame entendimiento, y guardaré tu ley,
Y la cumpliré de todo corazón.” solo él puede abrir nuestro entendimiento y nuestro corazón.
Y la cumpliré de todo corazón.” solo él puede abrir nuestro entendimiento y nuestro corazón.
2. Debemos anhelar la palabra. V 40 “He aquí yo he anhelado tus mandamientos; Vivifícame en tu justicia”
3. Valorarla por encima de todo. V 72 “Mejor me es la ley de tu boca Que millares de oro y plata.”
4. Debemos disfrutar la corrección que Dios nos da a través de la Palabra. V 92,103 “Si tu ley no hubiese sido mi delicia, Ya en mi aflicción hubiera perecido, ¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras! Más que la miel a mi boca.”
La única forma de llegar a conseguir la perfección es a través de la corrección. Sin corrección no hay perfección y sin la palabra de Dios no hay forma de ser corregido.