Todos los que somos padres de
familia por lo genera tenemos un mismo deseo
ayudar a nuestros hijos. Todos de alguna manera queremos ser los causantes de
la felicidad pero sobre todo de la prosperidad de nuestros hijos, el problema
es que muchas veces no sabemos cómo lograrlo.
Todos queremos que Jesucristo nos
ayude de echo todas nuestras oraciones van dirigidas para Jesucristo nos ayude
en todo lo que le pedimos.
Muchos
cristianos ya cansados de pedir y pedir milagros de prosperidad se aburren y
terminan renunciando a su vida cristiana.
Muchos nos decepcionamos de la vida
cristiana porque no entendemos cómo es que Jesucristo nos ayuda.
Veamos el caso de una mujer que estaba
pasando por momentos de total ruina, tanto que le encaraba al profeta el hecho
de que su marido haya sido un siervo de Dios. No podía entender como si su
esposo le servía a Dios ella estaba pasando por esa crisis. V 1 “Una mujer, de las
mujeres de los hijos de los profetas, clamó a Eliseo, diciendo: Tu siervo mi
marido ha muerto; y tú sabes que tu siervo era temeroso de Jehová; y ha venido
el acreedor para tomarse dos hijos míos por siervos.”
Como nos Ayuda Jehová que es nuestro Padre.
1. La Ayuda de Jehová parte de lo
poco que podamos tener. V 2 “Y Eliseo le dijo: ¿Qué te haré yo? Declárame qué tienes en casa. Y
ella dijo: Tu sierva ninguna cosa tiene en casa, sino una vasija de aceite.” a esto un
buen administrador le llamaría Optimización de Recursos. No se trata de cuanto
tenemos lo importante es que hacemos con lo que tenemos. Hay personas que con
muchos recursos no hacen nada y hay otros que con lo poco que tienen hacen
mucho.
2. Nos Exige Superar nuestros
Prejuicios. V 3 “Él le dijo: Ve y pide para ti vasijas prestadas de todos tus
vecinos, vasijas vacías, no pocas.” para muchos el pedir un favor es
rebajarse, para triunfar en la vida es necesario quitar todo temor, excusas,
orgullo o pretextos.
3. Debemos Involucrar a nuestros hijos
en nuestro trabajo. V 4 “Entra luego, y enciérrate tú y tus hijos; y echa en todas las
vasijas, y cuando una esté llena, ponla aparte.” si tu trabajas duro para
dejarles a tus hijos una muy buena herencia si no les enseñas como administrar
lo que les vas a dejar, lastimosamente más te demoraras en morir que en acabar
tus hijos la herencia.
4. Nos da los Medios para Trabajar.
V 7 “Vino ella luego, y
lo contó al varón de Dios, el cual dijo: Ve y vende el aceite, y paga a tus
acreedores; y tú y tus hijos vivid de lo que quede.” un buen
padre no le da todo gusto a sus hijos además de entrenarlos los dota de lo
necesario para que puedan luchar. Hacerles todo a nuestros hijos es convertirlos
en mediocres.
5. Nos Entrena. Salmos 144: 1 “Bendito sea Jehová,
mi roca, Quien adiestra mis manos para la batalla, Y mis dedos para la guerra” la mejor herencia
que les podemos dejar es entrenarlos para sigan luchando cuando ya no estemos
con ellos y aun así estemos con ellos para que no se conviertan en carga.
6. Hace un Proceso de
Acompañamiento. Isaías 43: 2 “Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos,
no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá
en ti” Dios no nos evita pasar por los problemas nos promete estar con
nosotros, un buen padre no le evita los problemas a sus hijos, los acompaña para
guiarlos.
7. Nos Exige. Josué 1: 6 “Esfuérzate y sé
valiente; porque tú repartirás a este pueblo por heredad la tierra de la cual
juré a sus padres que la daría a ellos.” exigirse
es dar más de lo que decimos poder. Las cosas extraordinarias requieren
esfuerzo, las cosas ordinarias las hace cualquiera.
Busca a alguien que te exija en lo
que haces y si no tienes a alguien que te exija busca mecanismos que te
permitan exigirte a ti mismo. Las personas
de éxito son aquellas que tienen a quien rendirle cuentas o implementan en su
vida mecanismos para rendir cuentas de lo que hacen.
8. Nos Estimula a Pensar Diferente.
Joel 3: 10 “Forjad espadas de vuestros azadones, lanzas de vuestras hoces; diga
el débil: Fuerte soy.” un buen padre estimula a sus hijos con sus palabras
para que crean que son capaces. Las palabras tienen poder para influenciarnos.
Evita palabras negativas o que degraden a los demás.
Ayudar a nuestros hijos o a
cualquier otra persona no significa que tenemos que hacerles todo, eso no es
ayudarles eso es hacerlos mediocres, la mejor forma de ayudarlos es
entrenándolos para que luchen por lo que quieren.