RAZONES
POR LAS CUALES DEBEMOS GANAR LAS ALMAS
1. Porque
el deseo de Dios es que todo el Mundo sea Salvo y Lleguen a tener conocimiento.
Jesucristo murió y
resucito y con esto propicio la salvación pero no por esto el mundo ya fue
salvo. Jesucristo cumplió con su parte ahora nuestra parte es llevar la palabra
de salvación a todo el mundo para poder cumplir con el Deseo de Dios.
2. Por qué Jesús Fue Un Ganador De Almas
"Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores..." (1 Ti 1:15).
"Porque
el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido" (Lc
19:10).
A.
Jesús Vino Para Salvar A Los Perdidos. Esa fue
la misión principal de Cristo, rescatar a los perdidos. El primer grupo de
personas que Jesús escogió para que le siguieran, recibió ese mismo reto:
"Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres" (Mt 4:19).
El
último grupo que le siguió hasta el monte donde tomó lugar Su ascensión al
cielo, recibió este mandamiento: "Por tanto, id, y haced discípulos a
todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del
Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he
mandado..." (Mt 28:19, 20).
"Pero
recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me
seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de
la tierra" (Hch 1:8).
El
término cristiano significa ser como Cristo, quien vino para
salvar a los perdidos, para buscar los descarriados y necesitados; por ello, si
vamos a ser como Jesús, entonces, tendremos el deseo de ser ganadores de almas.
B. Él
Iba A Donde Estaba La Gente. Jesús
llevó Su mensaje a la gente. Él iba a todos los lugares
donde había personas: en los mercados, en las calles, en las colinas,
en las playas, en los hogares, etc.
Él fue
criticado por los líderes religiosos por el hecho de identificarse con las
personas en el lugar donde estaban. “Este a los pecadores recibe, y con ellos
come” (Lc 15:2).
Él nos
anima a "...Ir por los caminos y por los vallados, y fuérzalos a entrar,
para que se llene mi casa" (Lc 14:23).
Después
de Su ascensión, los seguidores de Jesús actuaron exactamente como Él. Se
mantuvieron muy ocupados, testificando en los mercados, en las calles, en los
hogares, alrededor de las fuentes públicas; hablando, razonando, testificando,
persuadiendo, predicando, ganando almas, amonestando a los pecadores a creer en
el evangelio; exactamente como lo hizo Jesús.
La
Biblia dice: “Y todos los días, en el templo y por las casas, no
cesaban de enseñar y predicar a Jesucristo” (Hch 5:42).
Tome un
momento para hacer un círculo alrededor de la frase todos los días en
su Nuevo Testamento. Mientras que las iglesias sólo conducen dos o tres cultos
a la semana, los casinos de juego, los teatros, los establecimientos donde se
venden licores, los parques de recreaciones y lugares de bailes, abren sus
puertas para conducir negocios todos los días.
Los
cristianos del Nuevo Testamento iban diariamente al templo y
por las casas, enseñando y predicando a Jesucristo.
C. el
mundo está en enemistad con Dios. Nuestra Misión como Cristianos es hacer que la gente
vuelva en amistad con Dios a eso se le llama reconciliación.
"Y
todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y
nos dio el ministerio de la reconciliación. Que Dios estaba en Cristo
reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus
pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la
reconciliación" (2 Co 5:18, 19).
Dios
nos ha otorgado tanto el ministerio como la palabra de
la reconciliación para restaurar a los hombres con Dios. Él ha hecho todo lo
que ha podido. "El dio a Su Hijo unigénito... para que todo el que haga un
pacto o compromiso con él, no perezca, mas tenga vida eterna" (Jn 3:16
traducción literal).
Cristo
ha hecho todo lo que ha podido también. "Y por medio de él reconciliar
consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en
los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz" (Col 1:20).
Ahora
Él nos comisiona a contar estas buenas nuevas a todas las personas de todos los
lugares del mundo. "Porque todo aquel que invocare el nombre del Señor,
será salvo. ¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo
creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin saber quién les
predique?" (Ro 10:13, 14).
Nuestra
parte es contar a los perdidos, dejándoles saber las buenas nuevas que nuestro
Padre celestial y Su Hijo han hecho para salvarnos. Todos nosotros debemos ser
ganadores de almas porque Jesús lo fue.
3.
Porque La Cosecha Es Tan Grande
"Entonces dijo a sus discípulos: A la verdad la mies es mucha, más los obreros pocos" (Mt 9:37).
"Entonces dijo a sus discípulos: A la verdad la mies es mucha, más los obreros pocos" (Mt 9:37).
"Y
al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y
dispersas como ovejas que no tienen pastor" (Mt 9:36).
A.
Jesús Envió Obreros A Los Campos. Cuando
Jesús contempló aquellas multitudes dispersas como ovejas sin pastor, ¿qué hizo
Él? Él llamó a doce discípulos, les dio poder para echar fuera demonios y para
sanar a los enfermos, luego, les dio la gran comisión para que fueran a ayudar
a recoger la gran Cosecha.
Debido
a que la Cosecha era muy grande, escogió a otros setenta obreros, a quienes les
dijo: "He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre
toda fuerza del enemigo, y nada os dañará" (Lc 10:19).
Jesús
hizo algo con relación a Su cosecha madura. Él no se sentó a contemplarla y a
orar por obreros únicamente. Él salió a buscar obreros en esos mismos campos de
la Cosecha.
También
podemos ser movidos a compasión por los que todavía no han sido alcanzados por
el evangelio. Si nosotros somos “como Cristo”, nos envolveremos en la tarea de
hacer algo en pro de compartir el evangelio con ellos.
B. Es
Vital Que Salgamos. El ganar almas es realizado allá
fuera, donde la gente vive, trabaja y juega. Es urgente que
enfaticemos este principio básico en la tarea de ganar almas.
A fin
de cosechar a los no convertidos, es vital que salgamos a llevar nuestro
testimonio fuera de nuestros santuarios, hacia los mercados, hacia las calles,
a las cárceles, hospitales, hogares, allá afuera entre ellas. A esto
llamamos evangelismo.
Los hindúes no van a la iglesia. Los musulmanes no entran a un templo cristiano. Los budistas y otros religiosos no entran a un servicio de adoración cristiana. Las personas sin afiliación religiosa no concurren a la iglesia.
Los hindúes no van a la iglesia. Los musulmanes no entran a un templo cristiano. Los budistas y otros religiosos no entran a un servicio de adoración cristiana. Las personas sin afiliación religiosa no concurren a la iglesia.
Es
necesario que salgamos fuera: “...por los caminos y por los vallados, y
fuérzalos a entrar...” (Lc 14:23).
Hay un elemento de urgencia cuando llega el tiempo de la cosecha. Si los frutos no son recogidos rápidamente, toda la cosecha podría perderse en el campo.
Hay un elemento de urgencia cuando llega el tiempo de la cosecha. Si los frutos no son recogidos rápidamente, toda la cosecha podría perderse en el campo.
Las
tormentas pueden venir y causar daño al trigo o al maíz. Si no se cosecha
rápidamente, el fruto puede madurarse demasiado y pudrirse.
Pablo
pasó su propio sentido de urgencia sobre los demás cuando dijo: “Pero esto
digo, hermanos; que el tiempo es corto...” (1 Co 7:29).
Si
realmente queremos cosechar la siembra madura de nuestra generación, el secreto
está en volver a descubrir la urgencia, pasión y celo de la Iglesia primitiva.
Aquellos cristianos salieron por todas las ciudades y aldeas en constante
búsqueda de las almas perdidas, aun al riesgo de sus propias vidas. A eso es lo
que catalogamos como ser igual que Cristo, esto es cristianismo genuino.
c.
Movilizándonos Para Evangelizar. Como
líder de la Iglesia, es su deber comenzar el proceso de orar, movilizar y
planificar, cómo ganar las almas perdidas. El orden en el ministerio de Jesús
fue el siguiente:
1) Ver. Jesús vio la
Cosecha (las multitudes de almas) y fue movido a compasión.
2)
Orar. Luego oró, como el medio de
resolver el problema de obreros para la Cosecha. “En aquellos días él fue al
monte a orar, y pasó la noche orando a Dios” (Lc 6:12).
3)
Escoger. Después de orar, Él escogió a
los obreros, primero doce, y después setenta, a los cuales, entrenó y envió al
campo a recoger la Cosecha.
Él vio.
Ahora Él quiere que nosotros veamos. "...He aquí os digo: Alzad vuestros
ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siega" (Jn 4:35).
Él oró. Ahora
quiere que nosotros oremos. "...Rogad al Señor de la mies que envíe
obreros a su mies" (Lc 10:2).
Él escogió. Ahora
quiere que nosotros escojamos. "Buscad... hermanos... varones de buen
testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a quienes encarguemos de
este trabajo" (Hch 6:3).
Este
plan de acción es sencillo: Ver, Orar, Escoger, comenzará el
proceso del recogimiento (cosecha de almas).
Nuestro
Lema: ¡Cada Cristiano Es Un Testigo!
Nuestra
Misión: ¡Hacia Afuera, A Donde Está La Gente!
Esta es
la segunda razón por la cual somos ganadores de almas: ¡La Cosecha es
realmente grande!
4. Por
qué Los Obreros Son Pocos
"Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí" (Is 6:8).
"Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí" (Is 6:8).
A.
Billones Necesitan Escuchar. El
número de las personas que viven en el mundo, aumenta a una proporción de más
de 70 millones por año. Menos de tres millones (un 4%) de ellas, han sido
alcanzadas con el evangelio.
Aproximadamente
un 40% de los habitantes del mundo (2 billones de personas), no han sido
alcanzados con el evangelio. Estas almas están fuera del alcance de una iglesia
auto-reproductora que pueda compartir el evangelio con ellas.
B.
Ellas Estarán Perdidas Sin Cristo. Esas
almas sin evangelizar jamás escucharán el evangelio a menos que usted entre en
acción para salir a satisfacer esa “hambre... de oír la palabra de Dios” (Am
8:11). La movilización y entrenamiento de los ganadores de almas para que
salgan fuera donde están los pecadores, es la única solución a
este dilema.
Miles
de pueblos y aldeas en China, India etc., todavía están esperando que alguien
vaya a contarles acerca del Salvador Jesucristo. Tales personas viven y mueren
sin conocer a Jesús, no porque hayan rechazado el mensaje, sino porque los
pasados 2 mil años ningún cristiano ha ido a compartir el evangelio de amor con
ellos.
Menos
de uno de cada quinientos líderes de la Iglesia, dedican sus vidas para
alcanzar a los que todavía no han sido alcanzados. Necesitamos una nueva
dedicación a los principios abrazados por el Apóstol Pablo: "Y de esta
manera me esforcé a predicar el evangelio, no donde Cristo ya hubiese
sido nombrado, para no edificar sobre fundamento ajeno" (Ro
15:20).
Pablo
siempre estuvo disponible para “anunciar el evangelio en los lugares más
allá...” (2 Co 10:16): en las regiones donde nadie hubiera escuchado aún
acerca de Cristo. Pedro también entendió que: "El Señor no retarda su
promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con
nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al
arrepentimiento" (2 P 3:9). NO ES LA VOLUNTAD DE DIOS que los hombres
perezcan. Ellos perecen porque nosotros no les hemos llevado el evangelio.
No es
de asombrarse el porqué Pablo era tan apasionado respecto a este asunto. “Velad
debidamente, y no pequéis; porque algunos no conocen a Dios; para vergüenza
vuestra lo digo” (1 Co 15:34).
Hay
tres puntos importantes:
1) La Iglesia Duerme. Las almas están perdidas porque la Iglesia está durmiendo. El llamado es: “Velad debidamente...” “...el que duerme en el tiempo de la siega es un hijo que avergüenza” (Pr 10:5).
1) La Iglesia Duerme. Las almas están perdidas porque la Iglesia está durmiendo. El llamado es: “Velad debidamente...” “...el que duerme en el tiempo de la siega es un hijo que avergüenza” (Pr 10:5).
2) Es
Un Pecado. Es un PECADO que la gente no
conozca acerca de Dios. Somos amonestados: “...no pequéis; porque algunos no
tienen conocimiento de Dios...”.
Este es
un pecado de omisión. “Y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es
pecado” (Stg 4:17).
3) Es
Una Vergüenza. Este hecho es una causa para la
vergüenza (pérdida del pudor). “...Hablo esto para vergüenza vuestra...” “El
que duerme en el tiempo de la siega es hijo que avergüenza” (Pr 10:5).
El
lamento doloroso de los perdidos, se levanta hasta el Cielo: “Pasó la siega,
terminó el verano, y nosotros no hemos sido salvos” (Jer 8:20). Esta condición
peligrosa existe porque los obreros son muy pocos. “Rogad, pues, al Señor de la
mies, que envíe obreros a su mies” (Mt 9:38). Somos ganadores de almas porque
los obreros son muy pocos.
4.
Debido A La Gran Comisión
“Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura" (Mr 16:15). Cada creyente es comisionado y llamado. “Quien nos salvó y llamó con llamamiento santo... según el propósito suyo y la gracia...” (2 Ti 1:9).
“Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura" (Mr 16:15). Cada creyente es comisionado y llamado. “Quien nos salvó y llamó con llamamiento santo... según el propósito suyo y la gracia...” (2 Ti 1:9).
a. Cada
Creyente Tiene Una Responsabilidad. La
“Gran Comisión” es para ir, y el “Santo Llamamiento” para testificar y servir,
es la autoridad dada a cada creyente para dispensar su ministerio. Cada
creyente tiene tres ministerios sacerdotales:
1)
Ministrar Al Señor en oración, alabanza y adoración.
2)
Ministrar Los Unos A Los Otros en
unas relaciones cristianas amorosas, en el sostén financiero y respaldo
espiritual;
3) Y
Ministrar Al Mundo (a los incrédulos) por medio de la
sanidad de las enfermedades físicas y emocionales, echando fuera demonios y
contándoles las buenas nuevas: “...que Cristo murió por nuestros pecados,
conforme a las Escrituras” (1 Co 15:3, 4).
Cuando
los creyentes son enseñados a cómo cumplir estos tres ministerios, muchos asumirán
sus privilegios y responsabilidades otorgadas por Dios, y dirán: “...heme aquí
Señor, envíame a mí” (Is 6:8).
b. Un
Gran Privilegio. Cristo no nos dejó un privilegio mayor
que el de anunciar el evangelio a cada criatura.
Esto es
lo que los cristianos primitivos hicieron día y noche. Ellos sanaron a los
enfermos, echaron fuera demonios, predicaron el evangelio de casa en casa, en
los mercados, en las fuentes de las aldeas, en las encrucijadas, en las calles,
en los cultos, en las cárceles y por todas partes que iban.
Ellos
no poseían catedrales o edificios de iglesias elaboradas, para inhibir su
incontrolable gozo de ministrar y compartir las nuevas con los que estaban
ansiosos de recibir a Cristo. Ellos iban afuera, hacia donde estaban los
pecadores para anunciar el evangelio.
Debemos
respirar y vivir con un propósito: para compartir el evangelio con todas las
personas que nos sea posible y utilizando todos los medios.
Usted
no tiene que ser un “ministro ordenado” para predicar el evangelio. Este es el
privilegio de todo creyente. Los cristianos no necesitan un llamamiento
especial, para aceptar el honor que se les ha otorgado de ser embajadores de
Cristo.
c. Todo
Creyente Ha Sido Comisionado. Siendo
que cada cristiano ha sido comisionado y llamado, no se necesita un “llamado
especial” para ser un ganador de almas. Las instrucciones de Jesús son claras:
“Así
alumbre vuestra luz delante de los hombres... Ve por los caminos y por los
vallados, y fuérzalos a entrar, para que se llene mi casa” (Mt 5:16; Lc 14:23).
Jesús dijo: “...predicad el evangelio a toda criatura”.
Si una
nación es 95% cristiana, mientras otra es 95% no cristiana, nuestra alternativa
debe ser alcanzar la nación no cristiana.
Si un
campo pequeño de granos maduros tuviera cien segadores trabajando en él,
mientras uno más grande sólo tiene un obrero, ¿qué campo escogería usted para
laborar y salvar los granos? Deberá escoger el campo donde la necesidad es
mayor y donde los obreros son menos, para suministrar la necesidad.
Si diez
personas estuvieran levantando un tronco, nueve en el extremo menos pesado, y
uno en el extremo más pesado, no sería difícil escoger en qué extremo colocar
ayuda adicional.
d. Dios
Guiará. A medida que usted motiva a sus
miembros para orar e ir a los lugares que necesitan el evangelio, el Espíritu
de Dios comenzará a dar dirección a medida que van. Usted no puede dirigir un
barco que está detenido en las aguas. Necesitamos que esté en movimiento para
que el timón pueda dirigir el barco. De la misma manera sucede con la dirección
de Dios.
Pablo
iba de viaje para Asia en cierta ocasión, pero le fue “...prohibido por el
Espíritu Santo... y cuando intentaron ir a Bitinia... el Espíritu Santo no se
lo permitió... Y se le mostró a Pablo una visión de noche: un varón macedonio
estaba en pie, rogándole y diciendo: Pasa a Macedonia y ayúdanos” (Hch 16:6-9).
Esta es
la clase de dirección que usted puede recibir, si es que permanece en una
actitud sensible y alerta en su espíritu. Pablo ya era un apóstol-evangelista
que iba a través de todo su mundo, predicando el evangelio. A medida que iba
penetrando a “otras regiones más allá”, recibió la orden de pasar hasta
Macedonia.
Cuando considere algún lugar donde desee ir a sembrar la Palabra, haga esta oración: Señor, si hay algún campo, área o nación donde Tú quieras que vayamos, muéstranoslo e iremos. Pero si no quieres, entonces, escogeremos la mejor oportunidad para segar la cosecha más fructífera, y estaremos allá cosechando hasta que nos dirijas a otros lugares.
Cuando considere algún lugar donde desee ir a sembrar la Palabra, haga esta oración: Señor, si hay algún campo, área o nación donde Tú quieras que vayamos, muéstranoslo e iremos. Pero si no quieres, entonces, escogeremos la mejor oportunidad para segar la cosecha más fructífera, y estaremos allá cosechando hasta que nos dirijas a otros lugares.
Él ha
prometido: “Y he aquí yo estoy con vosotros todos los días” (Mt 28:20). Sus
órdenes son bien claras: “POR TANTO, ID... a todas las naciones. Predicad a
TODA criatura”. Tenemos que obedecer las palabras de Cristo, no analizarlas,
discutirlas o teorizarlas, mas ponerlas en práctica.
Somos
ganadores de almas debido a la Gran Comisión que Jesucristo nos dio.
5.
Debido A Las Profecías No Cumplidas Concernientes Al Retorno De Jesús
El retorno de Cristo a la tierra, es la esperanza bienaventurada de millones en la Iglesia perseguida. Nosotros abrazamos tal esperanza con gozo.
El retorno de Cristo a la tierra, es la esperanza bienaventurada de millones en la Iglesia perseguida. Nosotros abrazamos tal esperanza con gozo.
“Si en
esta vida solamente esperamos en Cristo, somos los más dignos de conmiseración
de todos los hombres” (1 Co 15:19). Esperamos con ansia Su retorno.
a. El
Evangelio Tiene Que Ser Predicado En Todo El Mundo. Pero
la mayoría de los que enseñan esto, no están haciendo nada para hacer posible
que Él regrese. Muchos hasta enseñan que no hay profecías sin cumplir que
prevengan Su retorno.
Jesús
hizo esto muy claro: habría ciertas condiciones previas antes de que Él pudiera
regresar por segunda vez a este mundo. Las más importantes de éstas se
encuentran en Mateo 24:14: "Y será predicado este evangelio del reino en
todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el
fin".
"De
cierto os digo... que se predique este evangelio, en todo el mundo..." (Mt
26:13). "...que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón
de pecados en todas las naciones..." (Lc 24:47). "...y me seréis
testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta lo último de la
tierra" (Hch 1:8).
En el
idioma griego, el término naciones significa ETHNOS, que se refiere a grupos
“étnicos”. En específico, un grupo étnico es uno gentil o no judío que tiene
una identidad lingüística y cultural común, que los hace diferentes de
cualquier otro grupo de personas en el mundo.
La
India tiene más de 2 mil grupos étnicos en su territorio. Estos varían entre
personas primitivas viviendo en árboles, en las selvas de las montañas del
noreste del país, hasta grupos de personas de la clase alta de la sociedad muy
sofisticados, los bracmánicos (nombre que se le da a los filósofos y sacerdotes
de la India) quienes viven en el interior del país.
La
mayoría de estos grupos de personas, nunca han escuchado el evangelio. La
mayoría no tienen un solo versículo de la Biblia traducido en su idioma.
b.
Santos De Todas Las Naciones. El
Apóstol Juan recibió percepción profética del futuro.
Él vio
una gloriosa escena celestial: "Después de esto miré, y he aquí una gran
multitud, la cual nadie podía contar, de todas las naciones [grupos étnicos] y
tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del
Cordero, vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos...
Estos
son los que han salido de la gran tribulación, y han lavado sus ropas, y las
han emblanquecido en la sangre del Cordero" (Ap 7:9, 14).
Este es
el resultado final de la era de la Iglesia. Los millones de redimidos que
formarán la Iglesia (en griego = ecclesia, que significa “los llamados o
escogidos”), estarán envueltos en la adoración a Dios delante de Su trono por
toda la eternidad.
Note
que ellos están allá porque fueron raptados de todos los grupos étnicos
(naciones) del mundo. Vinieron de todas las tribus y grupos lingüísticos.
Si
Jesús viniera hoy, la era de la Iglesia concluiría, y nosotros los que le servimos
seríamos “...arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al
Señor en el aire, así estaremos siempre con el Señor” (1 Ts 4:17).
Pero
siendo que hay miles de almas en esos grupos étnicos que todavía no han sido
alcanzadas con el evangelio, Jesús no podría venir hoy.
Si
Jesús viniera antes de que todos los grupos “étnicos” escucharan el evangelio,
la visión que Juan vio no podría ser una verdadera. Tales personas no podrían
estar en el cielo, siendo que no han escuchado el evangelio de salvación.
"Porque
todo aquel que invocare el nombre de Señor, será salvo. ¿Cómo, pues, invocarán
a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han
oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? ¿Y cómo predicarán si no
fueren enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que
anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!" (Ro 10:13-15).
Esas
preguntas sobrias deben penetrar profundamente en nuestros corazones. Debemos
entender que hay algo que debemos hacer para lograr que el Rey Jesús venga por
segunda vez al mundo.
¿Acaso
está Jesús formulando la siguiente pregunta a los líderes de la Iglesia?...
"Vosotros sois mis hermanos; mis huesos y mi carne sois. ¿Por qué, pues,
seréis vosotros los postreros en hacer volver al rey?" (2 S 19:12).
c.
Predicad El Evangelio A Toda Criatura. La
Iglesia está envuelta en hacer muchas cosas buenas. Pero hemos descuidado la
más importante de todas las instrucciones dadas por Jesús, Su último
mandamiento: “Id, predicad el evangelio a TODA criatura”. Este es el mandato
que no hemos CUMPLIDO.
“...Esto
era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello” (Mt 23:23). Él nos llamará a
cuentas para ver si hicimos TODO lo que Él nos dijo que hiciéramos.
Millones
de almas todavía mueren sin HABER ESCUCHADO el mensaje. Otros, aun esperan que
los líderes de la iglesia den prioridad a la tarea de llevarles el mensaje de
Jesús, antes que al tiempo, a las personas y al dinero.
La
Iglesia argumenta acerca de la segunda venida de Cristo, cuando miles de tribus
y grupos étnicos no han escuchado de Su primera venida.
Nosotros
insistimos en segundas bendiciones, mientras esas pobres almas olvidadas nunca
han experimentado la primera bendición. Argumentamos acerca de una segunda
porción, mientras que hay multitudes que nunca han experimentado la primera
porción del Espíritu de Dios.
¿Es eso
justo? ¿Deberán los que están al frente de la fila recibir un segundo servicio,
antes de que los que están hambrientos en las filas de atrás, hayan recibido el
primer servicio de alimentos?
1) Los
Cristianos Primitivos Fueron Motivados. Tenemos
que arrepentirnos de esta desobediencia y comprometer nuestro tiempo, nuestro
pueblo y dinero, a la tarea de llevar el evangelio a TODA criatura en TODO el
mundo.
Este
concepto de ganar almas a fin de lograr que nuestro Rey regrese por Su pueblo,
motivó de tal manera a los cristianos primitivos, que salieron a llevar el
evangelio por testimonio, a través de todo el mundo que ellos conocían.
El
mensaje fue llevado a lo largo del Mar Mediterráneo hasta llegar al Norte de
África, cuyos lugares fueron saturados de lugares de adoración cristiana. A
pesar de las tempestades furiosas, de los peligros del mar, de los riesgos de
los viajes antiguos y todo impedimento concebible, ellos esparcieron el mensaje
con heroísmo sin igual.
2)
Advenimiento De Las Tinieblas Espirituales. Pero
algo sucedió después de los primeros cien años. En lugar de dirigir caravanas
de camellos por el sur del desierto de Sahara hacia las tierras altas y selvas
del Continente de África, o de avanzar hacia el Éste más allá de las barreras
montañosas del continente, o hacia el Norte hacia las tribus paganas de Europa,
se interesaron más en conservar lo que tenían. Fueron negligentes en seguir
avanzando hacia las partes más lejanas de la tierra.
Las
disputas doctrinales superaron el evangelismo (testimonio) personal. Las
convenciones comenzaron a reemplazar el evangelismo de las masas. Las disputas
denominacionales y el poder político vinieron a ser más importantes que el seguir
al Cordero.
Ellos
crearon organizaciones religiosas y las llamaron “La Iglesia”. Tinieblas
espirituales comenzaron a caer. Los mil años temibles y tenebrosos del
Oscurantismo (Edad Oscura) cubrieron a todo el mundo.
Jesús
amó tanto al mundo que murió por él. La iglesia tibia abandonó este mundo ante
la conquista de Mahoma, a la destrucción del poderoso mongol: Gengis Kan y a la
espada asesina de Napoleón.
6.
Porque Dios Nos Llamará A Rendir Cuentas
Dios amonesta específicamente a Sus siervos a que lleven el mensaje que les ha dado para los pueblos a quienes han sido enviados, sabiendo que serán llamados a rendirle cuentas de su éxito o fracaso en tal responsabilidad.
Dios amonesta específicamente a Sus siervos a que lleven el mensaje que les ha dado para los pueblos a quienes han sido enviados, sabiendo que serán llamados a rendirle cuentas de su éxito o fracaso en tal responsabilidad.
"Hijo
de hombre, yo te he puesto por atalaya a las casa de Israel; oirás, pues, tú la
palabra de mi boca, y los amonestarás de mi parte. Cuando yo dijere al impío:
De cierto morirás; y tú no le amonestares ni le hablares, para que el impío sea
apercibido de su mal camino a fin de que viva, el impío morirá por su maldad,
pero su sangre demandaré de tu mano" (Ez 3:17, 18).
"Pero
si el atalaya viere venir la espada y no tocare la trompeta, y el pueblo no se
apercibiere, y viniendo la espada, hiriere de él a alguno, éste fue tomado por
causa de su pecado, pero demandaré su sangre de mano del atalaya. A ti, pues,
hijo de hombre, te he puesto por atalaya a la casa de Israel, y oirás la
palabra de mi boca, y los amonestarás de mi parte. Cuando yo dijere al impío:
Impío, de cierto morirás; si tú no hablares para que se guarde el impío de su
camino, el impío morirá por su pecado, pero su sangre yo la demandaré de tu
mano" (Ez 33:6-8).
Algunos
maestros de la Biblia dirán que esta amonestación no se aplica a los
cristianos. Insisten en la cuestión de que no hay riesgo alguno para los
creyentes. Aun si pasamos por alto obedecer los mandatos de Cristo,
concernientes a la predicación del evangelio a TODA criatura en TODO el mundo,
tales maestros no ven castigo o consecuencias negativas como resultado de ello.
a.
Pablo Reconoció Su Obligación. El
Apóstol Pablo no creyó tal cosa. Él declaró: “Por tanto, yo os protesto en el
día de hoy, que estoy limpio de la sangre de todos” (Hch 20:26).
¿Por
qué estaba Pablo tan seguro de que sus manos estaban limpias o sin “mancha
alguna de la sangre” de los hombres? Su inocencia fue basada en su obediencia a
la Gran Comisión.
Él
dijo: "...Vosotros sabéis cómo me he comportado entre vosotros todo el
tiempo, desde el primer día que entré en Asia, sirviendo al Señor con toda
humildad, y con muchas lágrimas... Y cómo nada que fuese útil he rehuido de
anunciaros y enseñaros, públicamente y por las casas, testificando a judíos y a
gentiles acerca del arrepentimiento para con Dios, y de la fe en nuestro Señor
Jesucristo" (Hch 20:18-21).
Pablo
se había exonerado a sí mismo. Él afirmó: “... no fui rebelde a la visión
celestial” (Hch 26:19).
Pablo
no estuvo presente cuando Cristo ascendió al cielo. Pasaron varios años antes
de que él tuviera un encuentro con el Cristo resucitado. Cuando se convirtió,
Pablo recibió las instrucciones que recibieron los demás apóstoles en la
ascensión de Cristo.
“Él
[Pablo], temblando y temeroso, dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga? y el
Señor le dijo: Levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que debes
hacer”.
El
Señor le dijo a Ananías que le dijera a Pablo: "...Ve, porque instrumento
escogido me es éste, para llevar mi nombre en presencia de los gentiles, y de
reyes, y de los hijos de Israel... En seguida predicaba a Cristo en las
sinagogas, diciendo que éste era el Hijo de Dios" (Hch 9:6, 15, 20).
Pablo
no tenía duda alguna respecto a lo que debería hacer. Él reconoció su deuda: su
obligación de predicar el Evangelio, o sus manos se mancharían con la sangre de
los que se perderían si el no obedecía.
"A
griegos y a no griegos, a sabios y a no sabios soy deudor. Así que, en cuanto a
mí, pronto estoy a anunciaros el evangelio también a vosotros que estáis en
Roma" (Ro 1:14, 15).
Pablo
conocía muy bien la Escritura que dice: “... su sangre demandaré de tu mano”.
Él se aseguró de pagar su deuda, de cumplir con su obligación de predicar el
evangelio, a los que todavía no habían sido alcanzados.
Él pudo
escribir: "...os he escrito, hermanos, en parte con atrevimiento, como
para haceros recordar, por la gracia que de Dios me es dada... para la
obediencia de los gentiles, con la palabra y con las obras, con potencia de
señales y prodigios, en el poder del Espíritu de Dios; de manera que desde
Jerusalén, y por los alrededores hasta Ilírico, todo he llenado del evangelio
de Cristo. Y de esta manera me esforcé a predicar el evangelio, no
donde Cristo ya hubiese sido nombrado, para no edificar sobre
fundamento ajeno" (Ro 15:15, 18-20).
Pablo
fue a los perdidos, a los destituidos y a los ignorados de todas partes. Él no
quería que la sangre de los inconversos fuera demandada de sus manos.
b.
Captando La Visión. Un gran ganador de almas escribió: No
podemos ganar a todo el mundo solo, pero estamos envueltos en el evangelismo
como si el plan de Dios dependiera de nosotros solamente.
“Si no
podemos ganar a cada persona, de seguro ganaremos algunas y ministraremos como
si la siega de almas dependiera completamente de nosotros”. “No
queremos que la sangre de los inconversos sea demandada de nuestras manos
jamás. ¡Es así de simple!”
Muchos
están captando la visión del evangelismo mundial. Cristianos de Filipinas están
saliendo para China. Los cristianos de América del Sur que han emigrado hacia Alaska
están ganando almas allá. Los cristianos de Indonesia están ganando los
perdidos en Europa. Los asiáticos están yendo a las islas del Caribe. Somos
cristianos con compasión por los habitantes del mundo.
No
permita que el temor, la incredulidad, los malos entendidos o la crítica, le
detengan. Recuerde: “...no es el crítico quien hace la diferencia; ni el que
señala cómo el fuerte tropieza o dónde el hacedor de hazañas pudo haber
ejecutado una mejor”
“El
crédito pertenece a aquel que está en el campo de combate, en acción, cuyo
rostro se ensucia de polvo, que está lleno de sudor, quien yerra el blanco una
y otra vez, quien se dedica a una causa digna, quien conoce el triunfo de los
altos logros de quien muere tratando de alcanzar lo máximo”.
Cuando
usted haya dedicado a su ser, su tiempo, sus recursos financieros, sus jóvenes,
a esta elevada prioridad de llevar el evangelio, entonces "...si tú
amonestares al impío, y él no se convirtiere de su impiedad y de su mal camino,
el morirá por su maldad, pero tú habrás librado tu alma" (Ez 3:19).
Somos
ganadores de almas porque no queremos que la sangre de los pecadores sea
demandada de nuestras manos.
7. Debido A Lo Que Hemos Experimentado
"¿Cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande? La cual, habiendo sido anunciada primeramente por el Señor, nos fue confirmada por los que oyeron, testificando Dios juntamente con ellos, con señales y prodigios y diversos milagros y repartimientos del Espíritu Santo según su voluntad" (He 2:3, 4).
7. Debido A Lo Que Hemos Experimentado
"¿Cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande? La cual, habiendo sido anunciada primeramente por el Señor, nos fue confirmada por los que oyeron, testificando Dios juntamente con ellos, con señales y prodigios y diversos milagros y repartimientos del Espíritu Santo según su voluntad" (He 2:3, 4).
a. El Evangelio
Del Reino. Jesús llamó a Su evangelio el
evangelio del Reino. "Y recorrió Jesús toda Galilea, enseñando en las
sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda
enfermedad y toda dolencia en el pueblo" (Mt 4:23).
"Recorría
Jesús todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, y
predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en
el pueblo" (Mt 9:35).
El
evangelio del Reino, es el evangelio del dominio del Rey. El Rey Jesús siempre demostró
dominio por medio de sanar a los enfermos y echar fuera a los demonios.
A fin
de entender este evangelio, demos una mirada retrospectiva por un momento. Este
dominio fue primero dado a Adán y a Eva en el jardín de Edén.
"Entonces
dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y
señoree... varón y hembra los creó. Y... les dijo: Fructificad y multiplicaos;
llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread... sobre la tierra" (Gn
1:26-28).
Satanás
frustró el plan de Dios muy pronto. Quería usurpar el dominio que Dios le había
dado a Adán y Eva a fin de obtenerlo, él sabía que tenía que hacerlos caer en
pecado. Si lograba tal cosa, la corona del dominio caería de sus cabezas y el
cetro caería de sus manos. Satanás estaría ahí cerca para recogerlos y usurpar
el reinado que le pertenecía legalmente a la humanidad.
Una
prueba de que Satanás usurpó tal dominio, es encontrada en la tentación de
Cristo. "Otra vez le llevó el diablo a un monte muy alto, y le mostró
todos los reinos del mundo y la gloria de ellos, y le dijo: Todo esto te daré,
si postrado me adorares" (Mt 4:8, 9).
Para
que ésta pudiera ser una tentación válida, el diablo tenía que hacerle una
oferta válida. Si Satanás no hubiera tenido el dominio (los reinos del mundo)
para ofrecerlo a Jesús, no habría ocurrido la tentación. Es obvio que Satán
tenía el dominio y que fue por tal razón que le hizo la oferta a Jesús.
Jesús
había venido para restaurar el dominio a su justo heredero, la humanidad. Él
tendría que hacer tal cosa por medio de morir en la cruz. Esto le daría entrada
libre al reino de la muerte y del Infierno; mientras estuviera en esos lugares,
los conquistaría y libertaría a sus prisioneros.
David
describió esta lucha épica de Cristo en el Salmo 116:3. "Me rodearon ligaduras
de muerte, me encontraron las angustias del Seol...".
Isaías
describió la predicción de cómo Cristo libertaría a los pecadores de la muerte
y del Infierno en Isaías 28:18. "Y será anulado vuestro pacto con la
muerte, y vuestro convenio con el Seol no será firme...".
Jesús
vino “...para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la
muerte, esto es el diablo” (He 2:14). Jesús dejó a Satanás sin poder. Él le
quitó el dominio que le había usurpado al hombre.
La gran
victoria de Jesús, aparece registrada en Apocalipsis 1:18. "Y el que vivo,
y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén. Y
tengo las llaves de la muerte y del Hades". Siendo que Cristo tiene las
llaves, Él puede controlar las puertas del Infierno y de la muerte.
Cuando
Jesús se levantó de los muertos, Él exclamó: "TODA POTESTAD me es dada en
el cielo y en la tierra... y he aquí yo estoy con vosotros todos los días,
hasta el fin del mundo" (Mt 28:18, 20).
Juan
describió los resultados de ese triunfo en las siguientes palabras: "Y nos
hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre; a él sea gloria e imperio por los
siglos de los siglos. Amén" (Ap 1:6).
Las buenas nuevas respecto al DOMINIO DEL REY son esas. Jesús es quien posee el DOMINIO ahora. Él está con nosotros para restaurar tal dominio de vuelta a nosotros. Ahora somos sacerdotes del Rey. "Mas vosotros sois... real sacerdocio" (1 P 2:9). Esto significa Sacerdotes del Rey. Por consiguiente, podemos proclamar las buenas nuevas de que Satanás ya no tiene dominio.
Las buenas nuevas respecto al DOMINIO DEL REY son esas. Jesús es quien posee el DOMINIO ahora. Él está con nosotros para restaurar tal dominio de vuelta a nosotros. Ahora somos sacerdotes del Rey. "Mas vosotros sois... real sacerdocio" (1 P 2:9). Esto significa Sacerdotes del Rey. Por consiguiente, podemos proclamar las buenas nuevas de que Satanás ya no tiene dominio.
"Y
será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a
todas las naciones..." (Mt 24:14).
b. En
Palabra Y Potestad. Este evangelio del Reino, fue el que
los apóstoles y discípulos primitivos proclamaron con poder y demostraciones
del mismo. "Y con gran poder los apóstoles daban testimonio de la
resurrección del Señor Jesús, y abundante gracia era sobre todos ellos"
(Hch 4:33).
"Pero
cuando creyeron a Felipe, que anunciaba el evangelio del reino de Dios..."
(Hch 8:12).
"Y
por la mano de los apóstoles se hacían muchas señales y prodigios en el
pueblo... Y los que creían en el Señor aumentaban más, gran número así de
hombres como de mujeres; tanto que sacaban los enfermos a las calles, y los
ponían en camas y lechos, para que al pasar Pedro, a lo menos su sombra cayese
sobre alguno de ellos. Y aun de las ciudades vecinas muchos venían a Jerusalén,
trayendo enfermos y atormentados de espíritus inmundos; y todos eran
sanados" (Hch 5:12-16).
"Y
habiéndole señalado un día, vinieron a él muchos a la posada, a los cuales les
declaraba y les testificaba el reino de Dios desde la mañana hasta la tarde,
persuadiéndoles acerca de Jesús..." (Hch 28:23).
"y
ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana
sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder" (1 Co 2:4).
Este
evangelio del DOMINIO DEL REY es el secreto hacia el éxito en el evangelismo,
el crecimiento de la iglesia, el sostenimiento financiero adecuado, hacia la
solución de la mayoría de los problemas que infectan a la iglesia mundialmente.
Aquellos
que solamente tienen un evangelio de palabra, están en graves problemas.
"Pues nuestro evangelio no llegó a vosotros en palabras solamente, sino
también en poder, en el Espíritu Santo y en plena certidumbre..." (1 Ts
1:5). Debido a la apostasía (descarrío), la mayoría de la Iglesia rechazó las
manifestaciones sobrenaturales del Espíritu Santo. (Vea Señales Y
Maravillas De Hoy en la Guía de Entrenamiento para Líderes, para una
explicación más detallada).
Ellos
predicaron otro evangelio. "Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis
alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio
diferente. No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren
pervertir el evangelio de Cristo" (Ga 1:6, 7).
Si
tomamos todos los puntos de la GRAN COMISIÓN y los practicamos, podemos ganar
al mundo para Cristo. Si negamos el poder del Espíritu Santo y pasamos por alto
darle el debido lugar de Señorío en nuestro ministerio, tendremos muy pocos
frutos.
"Y
les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que
creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será
condenado" (Mr 16:15, 16). La Gran Comisión no se detiene ahí, sino que
continúa:
"Y
estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios;
hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa
mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán. Y
el Señor, después que les habló, fue recibido arriba en el cielo, y se sentó a
la diestra de Dios [en el lugar de dominio]" (Mr 16:15-20).