domingo, diciembre 18, 2016

Santidad en las Ofrendas Levítico 22.

Resultado de imagen para santidad en las ofrendasDios exige que seamos santos. 1 Pedro 1: 15- 16 “sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; 1:16 porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo.
El ser santos no es una opción que tenemos los cristianos, la santidad es una orden de parte de Dios. Pero si nosotros debemos ser santos nuestras ofrendas o sacrificios también deben ser santas. Ofrendas de manera económica o espiritual. Hebreos 13 15 “Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesan su nombre.
Ofrendar es ofrecer, dar y para esto debemos tener en cuenta que ofrecemos, como lo ofrecemos y para qué es que lo ofrecemos.
Los sacrificios de animales ya no acepta Dios. Hebreos 10: 5 “Por lo cual, entrando en el mundo dice: Sacrificio y ofrenda no quisiste; Mas me preparaste cuerpo. 10:6 Holocaustos y expiaciones por el pecado no te agradaron.   Dios nos exige nuestro cuerpo no porque este coleccionándolos, el quiere los dones, los talentos, las habilidades que tiene nuestro cuerpo para que los pongamos, a su disposición y hagamos su voluntad.  10:7 Entonces dije: He aquí que vengo, oh Dios, para  hacer tu voluntad”. Al entregarnos al servicio de Jesucristo nos estamos dando en sacrificio. Romanos 12: 1 “sí que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional.
A través de la Adoración, de la Alabanza y el servicio podemos dar ofrenda a nuestro Dios, estas ofrendas tienen que ser las mejores al igual que lo eran las ofrendas y sacrificios de animales en la antigüedad. V 19-20 “para que sea aceptado, ofreceréis macho sin defecto de entre el ganado vacuno, de entre los corderos, o de entre las cabras.  22:20 Ninguna cosa en que haya defecto ofreceréis, porque no será acepto por vosotros.
La persona que ofrece la Ofrenda debe ser digna de hacerlo. V 1-2 “Habló Jehová a Moisés, diciendo: 22:2 Di a Aarón y a sus hijos que se abstengan de las cosas santas que los hijos de Israel me han dedicado, y no profanen mi santo nombre. Yo Jehová.” somos dignos cuando tenemos un corazón limpio. Mateo 5: 8 “Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios” y el único que puede darnos un corazón limpio es Dios. Salmo 51: 10 “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, Y renueva un espíritu recto dentro de mí
Qué cosas pueden hacer o influenciar para que nuestra ofrenda sea con defecto:
1. Un Yugo desigual. V 12 “La hija del sacerdote, si se casare con varón extraño, no comerá de la ofrenda de las cosas sagradas.” el yugo desigual puede formarse al unirse una persona cristiana con una incrédula o al unirse dos cristianos pero con sueños y anhelos ministeriales muy diferentes el uno del otro.
2. Una Persona del Mundo. V 25. “Ni de mano de extranjeros tomarás estos animales para ofrecerlos como el pan de vuestro Dios, porque su corrupción está en ellos; hay en ellos defecto, no se os aceptarán.” una persona que no tiene muy en claro su vida espiritual puede influenciar en dar una ofrenda no agradable a Dios. No puede servir una persona recién convertida. 1 Timoteo 3: 6 “no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo
3. Tener  mala relación con los demás. Levítico 19: 17-18 “No aborrecerás a tu hermano en tu corazón; razonarás con tu prójimo, para que no participes de su pecado. No te vengarás, ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo, sino amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo Jehová.” antes de presentar la ofrenda a Jesucristo cualquiera que sea: de alabanza, de Adoración, de servicio en la obra debemos reconciliarnos con quien tenemos diferencia. Mateo 5: 23 “Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti,
Si a las personas con quien estamos agradecidos les ofrecemos lo mejor, con mayor razón debemos hacerlo con Jesucristo que nos ha dado todo lo que tenemos. Dios además de mirar lo que le damos también mira nuestra actitud como lo hacemos.