jueves, diciembre 17, 2015

Cristo Agua de Vida. Zacarías 13.



Jesucristo sabe que nosotros somos de naturaleza pecaminosa y que aunque tal vez nos proponemos cambiar siempre terminamos fallando.
Jesucristo se ofrece como una fuente de agua pura para santificarnos no porque quiera patrocinarnos el pecado.
La perfección y la santificación no es algo que se consigue de la noche a la mañana.
La santificación es un proceso que se la consigue paso a paso.
Debemos proponernos dejar que Jesucristo cada día nos haga libres de algo que nos atormenta y nos hace pecadores.

Jesucristo como manantial de agua nos purifica y nos limpia de todos nuestros pecados con el propósito de ayudarnos en la santificación. V 1 “En aquel tiempo habrá un manantial abierto para la casa de David y para los habitantes de Jerusalén, para la purificación del pecado y de la inmundicia.
Jesucristo es esa agua que sacia nuestra sed para siempre y nos da vida eterna. Juan 4: 14 “más el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.
El agua de vida que es Cristo nos restaura y cuando nosotros recibimos a Cristo en nuestro corazón él nos utiliza para participar en esa restauración. Juan 7: 38 “El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva.
Resultados de la purificación.
1. Podremos dejar todos los ídolos que en nuestra propia fuerza era imposible lograrlo. Jesucristo nos da la fortaleza para hacerlo. V 2 “Y en aquel día, dice Jehová de los ejércitos, quitaré de la tierra los nombres de las imágenes, y nunca más serán recordados; y también haré cortar de la tierra a los profetas y al espíritu de inmundicia.
2. Sentiremos vergüenza de nuestro pecado. V 4 “Y sucederá en aquel tiempo, que todos los profetas se avergonzarán de su visión cuando profetizaren; ni nunca más vestirán el manto velloso para mentir.” solo cuando sentimos vergüenza de lo que hacemos lo podemos evitar. Antes de llegar Jesucristo a nuestra vida teníamos remordimiento por lo malo que hacíamos pero una vez superado el remordimiento volvíamos otra vez a los mismos caminos de maldad.
Sin la purificación de parte de Jesucristo la mayoría de la tierra seria perdida. V 8 “Y acontecerá en toda la tierra, dice Jehová, que las dos terceras partes serán cortadas en ella, y se perderán; más la tercera quedará en ella.” la oportunidad de salvación es para todos pero lastimosamente por la terquedad del hombre la gran mayoría se perderá. Mateo 22: 14 “Porque muchos son llamados, y pocos escogidos.
Solo Jesucristo nos puede ayudar a superar la prueba. La única forma de saber si el oro es puro es a través de probarlo. V 9 “Y meteré en el fuego a la tercera parte, y los fundiré como se funde la plata, y los probaré como se prueba el oro. El invocará mi nombre, y yo le oiré, y diré: Pueblo mío; y él dirá: Jehová es mi Dios.
Jesucristo no promete quitarnos las pruebas pero si nos promete que estará con nosotros para ayudarnos a superarlas. Isaías 43: 2 “Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti.
Jesucristo quiere un pueblo para el pero no quiere cualquier pueblo. Su pueblo tiene que ser especial y santo. La santificación no se la consigue de la noche a la mañana. La santificación es un proceso que solo Jesucristo nos puede ayudar a empezar y a concluir satisfactoriamente.