viernes, septiembre 18, 2015

La Espada Afilada de Jehová. Ezequiel 21



Todos sabemos que si estamos junto a Jesucristo a través de su palabra todo lo que hagamos nos saldrá bien o en otras versiones dice todo lo que hagas será prosperado. Josué 1: 8 “Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.
Pero también dice la palabra de Dios que alejados de El nada podemos hacer. Juan 15: 5 “Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer.” los frutos significan prosperidad el ya no dar frutos signi0fica ruina o ausencia de prosperidad.

La espada por ser un arma de guerra significa poder, destrucción o muerte. Por esto en este capítulo Jehová utiliza la espada para ilustrarnos acerca de la destrucción. V 12 “Clama y lamenta, oh hijo de hombre; porque ésta será sobre mi pueblo, será ella sobre todos los príncipes de Israel; caerán ellos a espada juntamente con mi pueblo; hiere, pues, tu muslo;
Lo que llama la atención es que la destrucción será para justos e impíos. V 3 – 4  Dirás a la tierra de Israel: Así ha dicho Jehová: He aquí que yo estoy contra ti, y sacaré mi espada de su vaina, y cortaré de ti al justo y al impío. Y por cuanto he de cortar de ti al justo y al impío, por tanto, mi espada saldrá de su vaina contra toda carne, desde el sur hasta el norte” esto nos hace pensar que más que un castigo Jehová está advirtiendo de la destrucción a la que el hombre puede llegar si se aleja de él.
Si tomáramos este capítulo de manera literal significaría que Jehová está a punto de hacer una gran masacre en la tierra. V 16 “Corta a la derecha, hiere a la izquierda, adonde quiera que te vuelvas.
La destrucción llegaría a través de babilonia la que representa la Adoración falsa o como dice en apocalipsis la gran ramera. Apocalipsis 17: 5 “y en su frente un nombre escrito, un misterio: BABILONIA LA GRANDE, LA MADRE DE LAS RAMERAS Y DE LAS ABOMINACIONES DE LA TIERRA.
Cada vez que prendemos el televisor para ver los noticieros tranquilamente nos podemos confundir con películas de terror. Lo único que anuncian son: asesinatos de gente inocente, violaciones a mujeres y niños, atracos a mano armada, padres que maltratan a sus hijos. Etc.
El mundo se alejó  de Dios y ya estamos viendo esa masacre no lo hace Jehová de manera directa. En la antigüedad uso a babilonia  para esa masacre hoy la causante de esa masacre es nuestro corazón lleno de maldad.
Que puede evitar que la espada de Jehová nos destruya.
1. Dejando que Jehová nos dé un nuevo corazón. Ezequiel 36: 26 “Además, os daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros; quitaré de vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne.
2. Permitiendo que Jesucristo nos dé una nueva vida. 2 Corintios 5: 17 “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí, son hechas nuevas.
3. Cambiando nuestra manera negativa de pensar. Filipenses 4: 8 “Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo digno, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo honorable, si hay alguna virtud o algo que merece elogio, en esto meditad.
4. Dejando que el fruto del espíritu santo brote en nuestro corazón. Gálatas 5: 22-23 “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley
5. Permitiendo que la palabra de Jehová nos instruya y nos prepare para toda buena obra como lo dice la escritura. 2 Timoteo 3: 16 “Toda Escritura es inspirada por[a] Dios y[b] útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia
Jehová no quiere que el mundo se destruya es el hombre quien con su mal comportamiento lo está destruyendo.
Sométete a Jesucristo y a su palabra y deja que el trasforme tu manera de vivir. Solo así la espada de Jehová no tocara con nosotros ni los nuestros.