El pueblo de Dios veía milagros todos los días: el mar se abría, el Jordán se secó, de las piedras brotaba agua, del cielo caía mana. Etc. Pero a pesar de esta gran cantidad de milagros de todas formas el pueblo se perdió.
La orden de Jehová era que el rey
leyera la palabra de Dios. 1-2 “Aconteció en el cuarto año de Joacim hijo de Josías,
rey de Judá, que vino esta palabra de Jehová a Jeremías, diciendo: Toma
un rollo de libro, y escribe en él todas las palabras que te he hablado contra
Israel y contra Judá, y contra todas las naciones, desde el día que comencé a
hablarte, desde los días de Josías hasta hoy.”
El propósito de las palabras de Dios
era instruir y corregir. V 3 “Quizá oiga la casa de Judá todo el mal que yo pienso
hacerles, y se arrepienta cada uno de su mal camino, y yo perdonaré su maldad y
su pecado.”
El rey no quiso oír y destruyo el
royo, lo quemo. V 23 “Cuando
Jehudí había leído tres o cuatro planas, lo rasgó el rey con un cortaplumas de
escriba, y lo echó en el fuego que había en el brasero, hasta que todo el rollo
se consumió sobre el fuego que en el brasero había.”
El propósito de Dios con su palabra
no es amargarnos la vida, el propósito es que a través de la obediencia todo lo
que hagamos nos salga bien. Josué 1: 8 “Nunca se apartará de tu boca este
libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y
hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás
prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.”
La palabra de Dios sirve para que
seamos instruidos y formados. 2 Timoteo 3: 16 “Toda la Escritura es inspirada por
Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia,”
Nos alarmamos por esto que hizo el
rey pero no nos damos cuenta que cada vez que desobedecemos o no queremos
escuchar la palabra es lo mismo como si la quemáramos.
El rey ya no tenía temor de Dios. V
24 “Y no
tuvieron temor ni rasgaron sus vestidos el rey y todos sus siervos que oyeron
todas estas palabras.” hoy encontramos una nueva raza de cristianos que ya
no temen a Jehová. La causa de perder el temor es el creer en un Dios que no
corrige y cuya única función es hacer milagros.
La culpa de esta falta de temor la
tienen los dirigentes, líderes y pastores que por el afán de llenar sus
establecimientos lo único que predican son las añadiduras, ofrecen milagros a
todo tipo de personas no importa si son temerosos de Dios o no.
Impedimentos para oír la palabra de Dios.
1. Pereza. Muchos cristianos ya no
leen l palabra de Dios porque dicen estar muy cansados de esta forma llevan
muchos años de cristianos pero no conocen a Jehová.
2. Falta de Tiempo. Cada vez nos
excusamos en que estamos muy ocupados parea dedicarle un tiempo al estudio
bíblico.
3. Incredulidad. Cada vez son más
los cristianos que consideran que la palabra de Dios no es muy importante. Acuden
al templo escuchan la palabra pero nunca se cercioran de la veracidad del sermón
a través de la Biblia.
Consecuencias del rechazar la palabra de Dios.
1. Dios no escucha nuestras
oraciones. Proverbios 28: 9 “El que aparta su oído para no oír la
ley, Su oración también es abominable.” si nosotros
no queremos escuchar a Dios él tampoco está interesado en escucharnos.
2. Desprotección para nuestra descendencia.
Oseas 4: 6 b “Por cuanto desechaste el conocimiento, yo te echaré
del sacerdocio; y porque olvidaste la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de
tus hijos”
Un verdadero cristiano no es aquel
que solo espera con ansias un milagro. Un verdadero cristiano es aquel que así
como recibe milagros de parte de Dios también deja que sea el instruyéndolo y
guiándolo por el sendero correcto.