Muchas veces la mejor forma de mostrar la sabiduría es callando no siempre el que más grita es el que gana. V 27-28 “El que ahorra sus palabras tiene sabiduría; De espíritu prudente es el hombre entendido, Aun el necio, cuando calla, es contado por sabio; El que cierra sus labios es entendido” la palabra de Dios dice que para todo hay un tiempo. Eclesiastés 3: 1-2 “Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora, Tiempo de nacer, y tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado”
El secreto para mantener una muy
buena relación está en el dialogo y el secreto para tener un buen dialogo está
en saber escuchar.
Cuando una persona está pasando por
momentos de dificultad lo que más necesita es de alguien quien le escuche.
Por muchas ocupaciones que puedas
tener o por muchos problemas que tengas siempre has un alto en el camino calla
por un momento y escucha a tus hijos a tu esposa tu esposo o a cualquier
persona que este contigo.
Consecuencias de aprender a callar cuando es tiempo de callar.
1. Donde quiera que estemos habrá
paz. V 1 “Mejor es un bocado seco, y en paz, Que casa de contiendas llena de provisiones” almorzar
en medio de contiendas genera enfermedades en el sistema digestivo y
lógicamente no nutre.
2. Nos permite aceptar la reprensión
para poder triunfar en la vida. V 10 “La reprensión aprovecha al entendido, Más que cien
azotes al necio” la persona ignorante nunca escucha.
3. Se puede evitar muchas catástrofes
personales. V 14 “El que comienza la discordia es como
quien suelta las aguas; Deja, pues, la contienda, antes que se enrede” Cuando estés
discutiendo con alguien que esté muy airado es mejor guardar silencio y esperar
a que se calme. Con los ánimos calientes decimos cosas que no queremos y
actuamos de forma desagradable.
4. Podemos ser buenos amigos. V 17
“En todo tiempo ama el amigo, Y es como un hermano en tiempo
de angustia” un buen amigo es aquel que sabe callar para poder escuchar.
La única forma de conocer a los demás
es cuando los escuchamos. Y la única forma de escucharlos es cuando aprendemos
a callar.