Lo que determina que una persona
sea ganadora o perdedora no es si está libre de problemas. Lo que determina el
éxito o el fracaso es su actitud frente a los problemas y aun frente a la
ausencia de problemas.
Pueden
ser tus problemas una catapulta que te lanza al éxito o una lápida que dice que
ya estás muerto.
Lo que Job estaba
viviendo lógicamente era algo muy grave que si no hubiera tenido la protección
de Dios lo más probable es que no lo hubiera resistido.
Por eso el problema
de Job no era tanto la crisis que estaba pasando. Su problema era de actitud. Había
momentos donde se deja doblegar por los comentarios de los demás y por lo que
estaba viviendo.
Jesucristo y el Espíritu Santo mejoran
nuestra actitud frente a los problemas.
1. No dejes que la Insatisfacción
amargue tu alma. V 1 “Está mi alma hastiada de mi vida; Daré
libre curso a mi queja, Hablaré con amargura de mi alma.” cuando estamos
amargados herimos y ofendemos a los demás incluyendo a Dios.
2. No busques
culpables. Asume tu responsabilidad. V 2 “Diré a Dios: No me condenes;
Hazme entender por qué contiendes conmigo.”
Hazme entender por qué contiendes conmigo.”
3. No creas que
Dios y los demás son injustos. V 3-4 “¿Te parece bien que oprimas, Que deseches
la obra de tus manos, Y que favorezcas los designios de los
impíos? 10:4 ¿Tienes tú acaso ojos de carne?
¿Ves tú cómo ve el hombre?” cuando creemos que los demás son injustos nos sentimos explotados y no hacemos las cosas con amor.
¿Ves tú cómo ve el hombre?” cuando creemos que los demás son injustos nos sentimos explotados y no hacemos las cosas con amor.
4. No te hagas la
Victima. V 8-10 “Tus
manos me hicieron y me formaron; ¿Y luego te vuelves y me
deshaces? 10:9 Acuérdate que como a barro me diste forma;
¿Y en polvo me has de volver? 10:10 ¿No me vaciaste como leche,
Y como queso me cuajaste?” Dios te ha
dado dones y talentos no trates de ganarte las cosas a través de la lastima.
5. Evita los
pensamientos negativos. El éxito o el fracaso comienzan en nuestra mente. Tu estado
de ánimo lo determina tu manera de pensar. V 15-16 “Si fuere malo,
¡ay de mí! Y si fuere justo, no levantaré mi cabeza, Estando
hastiado de deshonra, y de verme afligido. 10:16 Si mi cabeza se
alzare, cual león tú me cazas; Y vuelves a hacer en mí maravillas.”
6. No te menosprecies.
V 18 “¿Por qué me
sacaste de la matriz? Hubiera yo expirado, y ningún ojo me habría
visto.” tú eres
importante no dejes que los demás te hagan sentir inservible.
7. No te aísles de
Dios y de los que te aman. V 20 “¿No son pocos mis días?
Cesa, pues, y déjame, para que me consuele un poco,” el hombre no fue hecho para estar solo busca la compañía de los demás. Génesis 2: 18 “Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él.”
Cesa, pues, y déjame, para que me consuele un poco,” el hombre no fue hecho para estar solo busca la compañía de los demás. Génesis 2: 18 “Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él.”
Como tú te sientes es lo que
determina tu actitud. Tú eres un ganador o un perdedor.
Cuando un ganador comete un error, dice: "Yo me
equivoqué", y aprende del error. Cuando un perdedor comete un error, dice:
"No fue mi culpa".
Un ganador trabaja fuerte e inteligentemente, y aun
así tiene más tiempo.
Un perdedor está siempre muy ocupado para hacer lo que es necesario.
Un perdedor está siempre muy ocupado para hacer lo que es necesario.
Un ganador enfrenta, razona y supera el problema.
Un perdedor le da vueltas y nunca logra pasarlo.
Un perdedor le da vueltas y nunca logra pasarlo.
Un ganador se compromete y actúa en consecuencia.
Un perdedor hace promesas pero no actúa y saca disculpas para no hacerlo.
Un perdedor hace promesas pero no actúa y saca disculpas para no hacerlo.
Un ganador dice ante una tarea concluida: "Soy
bueno, pero puedo hacerlo muchísimo mejor".
Un perdedor dice: "Yo no soy tan malo como muchas otras personas".
Un perdedor dice: "Yo no soy tan malo como muchas otras personas".
Un ganador escucha, comprende y responde
proactivamente.
Un perdedor sólo espera hasta que le toque su turno para hablar y es reactivo a lo que los demás dicen.
Un perdedor sólo espera hasta que le toque su turno para hablar y es reactivo a lo que los demás dicen.
Un ganador respeta y escucha a todas las personas y
aprende de ellas.
Un perdedor se resiente con los que saben más que él y trata de encontrarles sus defectos.
Un perdedor se resiente con los que saben más que él y trata de encontrarles sus defectos.
Un ganador se siente responsable por algo más que su
trabajo.
Un perdedor no colabora y siempre dice: yo estoy cumpliendo con mi trabajo.
Un perdedor no colabora y siempre dice: yo estoy cumpliendo con mi trabajo.
Lo que tú quieres
ser lo determinas a través de tu actitud lo que a muchas personas le molesta no
es lo que haces o dices, lo que les molesta es la actitud que asumes cuando
hablas o haces algo.