A diferencia de las que obtienen el éxito que son las que se atreven a comenzar haciendo un análisis comparativo de lo que se pierde o lo que se ganara.
Dios no te hizo para ser un fracasado pero el serlo o no es tu decisión.
De este modo
las personas exitosas no nacen, más bien se hacen cuando empiezas dando su
primer paso al camino del éxito por muchas barreras que existan en el mismo.
Las personas que fracasan, generalmente se lamentan al final, preguntándose ¿Por qué no se atrevieron a comenzar? y aquellas que obtienen el éxito exclaman ¡ojala me fuera llegado la oportunidad antes!
Las personas que fracasan, generalmente se lamentan al final, preguntándose ¿Por qué no se atrevieron a comenzar? y aquellas que obtienen el éxito exclaman ¡ojala me fuera llegado la oportunidad antes!
El hecho de
que alguien provenga de una familia pobre o llena de problemas no quiere decir
que él tenga que vivir la misma situación. Nuestro destino no está marcado por
los actos de los demás.
Como cambiar una cadena de fracasos por una
cadena de éxito.
1. Reconoce
los errores de tus antepasados o los tuyos en el pasado. V 6 “Porque
nuestros padres se han rebelado, y han hecho lo malo ante los ojos de Jehová
nuestro Dios; porque le dejaron, y apartaron sus rostros del tabernáculo de
Jehová, y le volvieron las espaldas.”
2. Acepta que
el obrar mal genera graves consecuencias. V 8-9 “Por tanto, la ira de Jehová ha venido sobre Judá y Jerusalén,
y los ha entregado a turbación, y a execración y escarnio, como veis vosotros
con vuestros ojos.
29:9 Y he aquí nuestros padres han caído a espada, y nuestros hijos, nuestras hijas y nuestras mujeres fueron llevados cautivos por esto.”
29:9 Y he aquí nuestros padres han caído a espada, y nuestros hijos, nuestras hijas y nuestras mujeres fueron llevados cautivos por esto.”
3. Toma la
decisión de cambiar. V 10 “Ahora, pues, yo he determinado hacer pacto con Jehová
el Dios de Israel, para que aparte de nosotros el ardor de su ira.” la determinación de como quieres vivir es tuya.
4. Renuncia a
todo lo malo que hayan hecho tus antepasados o que hayas hecho tú mismo en el
pasado. V 5 “Y les dijo: ¡Oídme, levitas! Santificaos ahora, y
santificad la casa de Jehová el Dios de vuestros padres, y sacad del santuario
la inmundicia.”
5. Actúa de
acuerdo a lo que anhelas. V 3 “En el primer año de su reinado, en el mes primero,
abrió las puertas de la casa de Jehová, y las reparó.” el mundo de los fracasados está lleno de personas soñadoras
que nunca actuaron.
6. Acepta que
el obrar mal genera graves consecuencias. V 8-9 “Por tanto, la ira de Jehová ha venido sobre Judá y Jerusalén,
y los ha entregado a turbación, y a execración y escarnio, como veis vosotros
con vuestros ojos. 29:9 Y he aquí nuestros padres han caído a espada, y
nuestros hijos, nuestras hijas y nuestras mujeres fueron llevados cautivos por
esto.”
7. Estar
dispuesto a pagar un precio tanto en lo espiritual como en lo secular. V 28 “Y toda la
multitud adoraba, y los cantores cantaban, y los trompeteros sonaban las
trompetas; todo hasta duró hasta consumirse el holocausto” El precio en algunos casos puede ser económico pero también
debes estar dispuesto a dejar la pereza, el desánimo, el orgullo. Etc. Cada
quien tiene una manera de pagar.
8. Esfuérzate
y se valiente. Solo los valientes son capaces de tomar la decisión de cambiar,
pagar un precio y nunca desmayar. Josué 1: 6 “Esfuérzate y sé valiente; porque tú repartirás a este
pueblo por heredad la tierra de la cual juré a sus padres que la daría a ellos.”
En lo
espiritual la única forma de cambiar el destino de destrucción para dónde va el
cristianismo es si nos atrevemos a sacar la inmundicia con que se han llenado
muchas iglesias por el afán de crecer y ser protagonistas. V 16 “Y entrando los
sacerdotes dentro de la casa de Jehová para limpiarla, sacaron toda la
inmundicia que hallaron en el templo de Jehová, al atrio de la casa de Jehová;
y de allí los levitas la llevaron fuera al torrente de Cedrón.”
No importa de qué
familia provengas sea muy pudiente o muy pobre esto no determina que tu vivas
igual. La decisión de cómo quieres vivir es tuya. Tú determinas como quieres
que sea tu destino. Jesucristo te puede ayudar si tú tomas la decisión de
cambiar.