Cuando entramos en oración profunda
podemos sentirlo. V 2 “Y no podían entrar los sacerdotes en la casa de Jehová, porque la gloria
de Jehová había llenado la casa de Jehová.” La pregunta es: cuál es nuestra
actitud frente a Dios cuando por fin lo podemos sentir.
Muchas
veces anhelamos tener un encuentro con alguien y en especial con nuestros seres
queridos pero cuando por fin lo conseguimos nos sentimos mal no nos parece que
ese encuentro fue agradable. La razón es nuestra mala actitud.
Una mala actitud puede dañar
cualquier momento feliz que queramos tener.
Como debe ser nuestra actitud frente a la presencia de Dios.
1. Humildad. La mejor manera de
demostrar nuestra humildad frente a Dios es postrándonos ante él. V 3 a “Cuando vieron todos los hijos de
Israel descender el fuego y la gloria de Jehová sobre la casa, se postraron sobre
sus rostros en el pavimento,” una actitud humilde puede abrir puertas que la
arrogancia a serrado.
Dios escucha a un pueblo que se
humilla delante de él. Humillarse es reconocer su voluntad. Muchas veces
nuestras oraciones perecen más reclamos o exigencias. Dios es libre de
escucharnos o no. V 14 “Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es
invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos
caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré
su tierra”
2. Adoración. La Adoración es la
máxima expresión de amor, adorar es reconocer y expresar con nuestros labios
cuanto amamos a Dios o una persona. V 3 b “y adoraron”
3. Alabar. Alabar es reconocer las
maravillas de Dios o las cualidades de una persona. La humildad nos lleva a
valorar lo que es o lo que hace otra persona. V 3 c “y alabaron a Jehová, diciendo: Porque él es bueno, y su
misericordia es para siempre”
4. Con Gozo. Cuando una persona en
el mundo está contenta lo celebra con una fiesta. Dios también quiere que a él
le hagamos fiesta que nos congreguemos. V 8 “Entonces hizo Salomón fiesta siete días, y con él todo
Israel, una gran congregación, desde la entrada de Hamat hasta el arroyo de
Egipto.” el culto es para delectarnos en la presencia de Dios de acuerdo
a nuestro deleite es que Dios escucha nuestras suplicas. Salmos 37: 4 “Deléitate
asimismo en Jehová,
Y él te concederá las peticiones de tu corazón.”
Y él te concederá las peticiones de tu corazón.”
No hay hombre en la tierra que
grite tan fuerte que pueda obligar a Jesucristo hacer un milagro. Si Jesús los
hace es por amor y por misericordia. Humíllate delante de Dios alábale y adórale
con todo tu corazón y el pronto te responderá.