Esto quiere decir que el chocolate
cubre la masa que compone el ponqué. Por fuera tiene un sabor pero por dentro
solo puede ser masa o tener un sabor muy diferente al que tiene la cobertura.
En
lo espiritual la cobertura tiene que ser la protección de Dios sobre nuestra vida
y no tan solo un lavado externo de santidad.
Lo que hay en nuestro corazón es lo
que tiene que mostrarse en nuestro exterior a través de nuestros actos o
comportamiento. Mateo 15: 18 “Pero lo que sale de
la boca, del corazón sale; y esto
contamina al hombre.”
De la abundancia de nuestro corazón
es lo que se tiene que ver por fuera. Lucas 6: 45 “El hombre bueno, del
buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su
corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca.”
Jehú fue un buen rey destruyo a Acab tal como se lo mando Jehová.
2 reyes 10: 10-11 “Sabed ahora que de la palabra que Jehová habló sobre la casa
de Acab, nada caerá en tierra; y que Jehová ha hecho lo que dijo por su siervo
Elías. 11 Mató entonces
Jehú a todos los que habían quedado de la casa de Acab en Jezreel, a todos sus príncipes, a todos sus familiares, y a sus
sacerdotes, hasta que no quedó ninguno.”
También acabo con el culto a Baal. V 25- 26 “Y después
que acabaron ellos de hacer el holocausto, Jehú dijo a los de su guardia y a
los capitanes: Entrad, y matadlos; que no escape ninguno. Y los mataron a
espada, y los dejaron tendidos los de la guardia y los capitanes. Y fueron
hasta el lugar santo del templo de Baal, 26 y sacaron
las estatuas del templo de Baal, y las quemaron.”
Al mirar a Jehú no hay duda que
podemos decir que era un gran siervo de Jehová. Era tan celoso que podríamos
decir que rayaba en ser sanguinario. Era muy exigente cuando mandaba a destruir
a los que adoraban a dioses falsos. V 24 “Y cuando ellos entraron para hacer
sacrificios y holocaustos, Jehú puso fuera a ochenta hombres, y les dijo:
Cualquiera que dejare vivo a alguno de aquellos hombres que yo he puesto en
vuestras manos, su vida será por la del otro.”
Muchas veces nosotros como
cristianos criticamos a todo aquel que se desvía del camino de Jehová y somos
casi sanguinarios con ellos defendemos la santidad a capa y espada. Esto nos
hace ver como los más fieles y obedientes. V 30 “Y Jehová dijo a Jehú: Por cuanto
has hecho bien ejecutando lo recto delante de mis ojos, e hiciste a la casa de
Acab conforme a todo lo que estaba en mi corazón, tus hijos se sentarán sobre
el trono de Israel hasta la cuarta generación.”
Jehú era muy celoso de los
mandamientos de Dios pero tenía un gran defecto que convertía su celo tan solo
en una simple cobertura de santidad. V 29 “Con todo eso, Jehú no se apartó de los
pecados de Jeroboam hijo de Nabat, que hizo pecar a Israel; y dejó en pie los
becerros de oro que estaban en Bet-el y en Dan.”
Jehú obedecía muy bien a Jehová en
cuanto a no permitir que otros desobedezcan a Dios. Lo malo es que él tenía un corazón
idolatra. V 31 “Mas Jehú no cuidó de andar en la ley de Jehová Dios de Israel
con todo su corazón, ni se apartó de los pecados de Jeroboam, el que había
hecho pecar a Israel.”
Puede ser que de alguna manera
prestemos un servicio ejemplar a Dios delante de todos los que nos ven. Pero
que en nuestro corazón todavía tengamos guardadas las malas costumbres del
mundo. O lo que es peor puede ser que sirviendo a Dios todavía en nuestro corazón
haya malos deseos. Que todavía anhelemos los deseos de la carne.
Pablo sabía que mientras estemos en
este mundo tendremos luchas con nuestros deseos carnales.
Pablo era consiente que para poder
mantenerse limpio delante de Jehová era necesario obligarse así mismo a no
caer. La guerra con santas esta en doblegarnos a nosotros mismos y nuestros
malos deseos. 1 Corintios 9: 27 “sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en
servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser
eliminado.”
Cuando dedicamos nuestra vida a
servirle a Dios quiere decir que estamos de pie es en este momento es cuando más
nos tenemos que cuidar de no caer. 1 corintios 10: 12 “Así que, el que
piensa estar firme, mire que no caiga.”
Todos queremos servirle a
Jesucristo pero para lograrlo de la manera como él quiere se necesita de mucho
esfuerzo. Ser santo en nuestras fuerzas es imposible si lo quieres lograr es
necesario que te dejes guiar por el espíritu santo.