Un rey verdadero se caracteriza por
la clase de corazón que tiene.
David
era conforme al corazón de Jehová. Hechos 13: 22 “Quitado éste, les levantó
por rey a David, de quien dio también testimonio diciendo: He hallado a David
hijo de Isaí, varón conforme a mi corazón, quien hará todo lo que yo quiero.”
David se encargaría de hacer todo lo que Dios quería. Pero esto solo podría ser
posible con la ayuda de Jesucristo mismo. Filipenses 4: 13 “Todo lo puedo en Cristo que
me fortalece.”
Solo es posible hacer lo que Dios
nos manda si el mismo nos fortalece. Sin la ayuda de Jesucristo y su espíritu
sencillamente sería imposible obedecer.
Dios quería que David fuera Rey
pero era necesario probar su corazón. El rey debería tener un corazón:
1. Prudente ante la voz de los
insensatos. V 4 “Entonces
los hombres de David le dijeron: He aquí el día de que te dijo Jehová: He aquí
que entrego a tu enemigo en tu mano, y harás con él como te pareciere. Y se
levantó David, y calladamente cortó la orilla del manto de Saúl.” No todas
las personas nos dan buenos consejos. No por maldad simplemente por
desconocimiento.
2. Sensible a no ceder en la tentación.
V 5 “Después de esto se
turbó el corazón de David, porque había cortado la orilla del manto de Saúl.” El pecado
está a la puerta siempre esperándonos pero es nuestra decisión abrirle o no.
Génesis 4: 7 “Si
bien hicieres, ¿no serás enaltecido? y si no hicieres bien, el pecado está a la
puerta; con todo esto, a ti será su deseo, y tú te enseñorearás de él.”
3. Capaz de arrepentirse a tiempo
ante la tentación. V 6 a “Y dijo a sus hombres: Jehová me guarde de hacer tal cosa contra mi señor” la
perfección solo se la consigue a través de corrección.
4. Honra a sus superiores. V 6
b “, el ungido de Jehová, que yo extienda mi mano contra él;
porque es el ungido de Jehová.” Recuerda que si quieres recibir honra tienes que aprender a
honrar.
5. Enseña la honra a los demás y no
se deja influenciar. V 7 “Así reprimió David a sus hombres con palabras, y no les permitió que se
levantasen contra Saúl. Y Saúl, saliendo de la cueva, siguió su camino.”
6. Todo lo deja en las manos de
Dios. No se preocupa por tomar venganza de manera personal. V 12 “Juzgue Jehová entre tú y yo, y
véngueme de ti Jehová; pero mi mano no será contra ti.”
7. Se valora por lo que es. Pero
deja que Dios pelee por él. V 14-15 “¿Tras quién ha salido el rey de Israel? ¿A quién persigues?
¿A un perro muerto? ¿A una pulga? 24:15 Jehová, pues, será juez, y él
juzgará entre tú y yo. El vea y sustente mi causa, y me defienda de tu mano.” Debemos valorar
nuestros talentos pero debemos entender que fue Dios quien nos los dio.
8. Nunca paga mal por bien ni
tampoco devuelve mal por mal. V 18 “Tú has mostrado hoy que has hecho conmigo bien; pues no me
has dado muerte, habiéndome entregado Jehová en tu mano.”
9. Siempre espera el momento
oportuno. La paciencia es su escudo. V 20 “Y ahora, como yo entiendo que tú has de reinar, y que el
reino de Israel ha de ser en tu mano firme y estable,” David era
consciente de que él era el que reinaría pero no tomaría el reino por sus
propios medios.
Un verdadero rey es mucho más que
tan solo vestido y trono. Lo externo no sirve si no se es en lo interno. Un
líder no solo se lo conoce al interior de la iglesia o del grupo que dirige. Un
líder se caracteriza como líder en cualquier parte donde se encuentre. El
liderazgo no es un título. El liderazgo es una forma de vida.