La única forma de conseguir la
felicidad es liberándonos de los complejos que obstruyen el camino para
lograrlo.
Las
mujeres por lo general son las que más pueden sufrir de complejos en cuanto a
lo físico ya que vivimos en una sociedad la cual ha demarcado el prototipo de
mujer ideal, algunas medidas específicas e igualmente un peso ideal, la belleza
en muchas mujeres es una competencia que se esfuerzan por ganar.
Los complejos no nacen con nosotros
los seres humanos, los adquirimos a través del tiempo, la sociedad nos los impone.
Los complejos ponen límites a nuestros sueños o deseos.
David era un muchacho que para su
edad era muy activo se encargaba del cuidado de las ovejas de su padre en otras
palabra se encargaba de los negocios de la familia cosa que hoy en día es muy
difícil de encontrar en nuestra juventud.
A pesar de todo lo que hacía David
su padre y sus hermanos querían llenarle de complejos. Tuvo que sufrir los
rigores de la indiferencia. V 10 “E hizo pasar Isaí siete hijos suyos delante de Samuel;
pero Samuel dijo a Isaí: Jehová no ha elegido a éstos.”
Su padre tal vez creía que David
era muy joven para ser un rey. V 11 “Entonces dijo Samuel a Isaí: ¿Son éstos todos tus
hijos? Y él respondió: Queda aún el menor, que apacienta las ovejas. Y dijo
Samuel a Isaí: Envía por él, porque no nos sentaremos a la mesa hasta que él
venga aquí.” Nunca pienses que
eres demasiado joven o demasiado viejo para hacer algo. La capacidad de
actuar está en la mente y la desarrolla el cuerpo. Si tú crees que puedes lo
lograras, si crees que no puedes nunca lo vas a lograr.
Como superar nuestros complejos.
1. No te quedes en el pasado en
esta vida es necesario superarnos cada día. V 1 “Dijo Jehová a Samuel: ¿Hasta cuándo llorarás a Saúl,
habiéndolo yo desechado para que no reine sobre Israel? Llena tu cuerno de
aceite, y ven, te enviaré a Isaí de Belén, porque de sus hijos me he provisto
de rey.” Samuel todavía no superaba la perdida de Saúl.
2. No vivas de las excusas, se
recursivo. V 2 “Y dijo Samuel: ¿Cómo iré? Si Saúl lo supiera, me
mataría. Jehová respondió: Toma contigo una becerra de la vacada, y di: A
ofrecer sacrificio a Jehová he venido.” nunca digas que no puedes solo inténtalo, no te des por
vencido antes de comenzar la guerra.
3. No te compares con los demás no
te fijes solo en sus apariencias. V 7 “Y Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni
a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que
mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero
Jehová mira el corazón.” tú eres único no busques parecerte a los demás tú tienes talentos
y dones que otros no tienen y lo más lógico es que los demás tengan dones y talentos
que tu no tienes.
4. Cambia tu manera de pensar.
Filipenses 4: 8 “Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo
lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen
nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.” no
pienses solo en lo malo que puedes tener. Piensa en las virtudes que posees.
5. Valórate a ti mismo siempre
piensa lo mejor de ti. Joel 3: 10 “Forjad espadas de vuestros azadones, lanzas de
vuestras hoces; diga el débil: Fuerte soy.” No importa si los demás no valoran lo que eres lo
importante es que tu sepas que lo que estás haciendo está bien y que estás
dando lo mejor de ti.
6. no te dejes dominar por el
miedo. Recuerda que en Jesucristo somos nuevos, él no nos dio espíritu de
cobardía. 2 Timoteo 1: 7 “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino
de poder, de amor y de dominio propio.”
Una persona vale por lo que es y cómo
es no por lo que tiene ni a nivel material ni a nivel cultural. Hay gente que
no tiene ninguna preparación intelectual pero son productivos en lo que hacen porque
se esfuerzan por superarse. Otros con todo y su conocimiento no sirven para
nada.
Tú eres importante Dios te hizo con
dones y talentos no dejes que los complejos te hagan ver como inútil. Esfuérzate
y se valiente tu estas hecho para llegar muy lejos solo inténtalo y déjate
ayudar por Jesucristo.