sábado, marzo 01, 2014

Comenzando la Conquista. Deuteronomio 9.

Todos los seres humanos deseamos grandes cosas, deseamos obtener grandes victoria en nuestra vida. Lo difícil muchas veces es comenzar, dar el primer paso.
Ya era la hora de que el pueblo de Israel comenzara la conquista de la tierra prometida pero había algo que le impedía hacerlo. Tal vez tú crees que ya es hora de comenzar ese proyecto, de iniciar tus estudios o de simplemente tomar una decisión pero hay algo que te impide hacerlo.
El impedimento para que el pueblo pudiera avanzar se llamaba Jordán. Era necesario que tomara la decisión de superarlo. Y la fecha para ellos era hoy. V 1 a “Oye, Israel: tú vas hoy a pasar el Jordán
Ese Jordán pueden ser los complejos que podemos tener, la pereza, los diferentes miedos. Miedo a fracasar, miedo a comenzar algo nuevo, el desanimo, la única forma de vencer el desanimo es buscando una motivación para luchar. Busca un motivo para avanzar, a demás de nuestra familia o nosotros  mismos el motivo más fuerte debe ser el amor a Jesucristo.
Solo si superamos nuestro Jordán podemos estar listos para comenzar a luchar, comenzar a conquistar  cosas que parecen imposibles que parecen muy grandes y poderosas. V 1 b “para entrar a desposeer a naciones más numerosas y más poderosas que tú, ciudades grandes y amuralladas hasta el cielo;” el principal obstáculo que tenemos que vencer se llama. Nosotros mismos.  
No sigas posponiendo lo que tienes que hacer ¡el día es hoy! Deja a un lado tus temores, tú eres capaz, tú puedes hacerlo.
Muchas veces no nos decidimos a dar el primer paso para conquistar algo porque no entendemos que el que pelea no somos nosotros, es Dios quien lo hace. V 3 “ Entiende, pues, hoy, que es Jehová tu Dios el que pasa delante de ti como fuego consumidor, que los destruirá y humillará delante de ti; y tú los echarás, y los destruirás en seguida, como Jehová te ha dicho.
Dios pelea por nosotros no porque seamos los más buenos o por que hagamos méritos para ello, Dios pelea por nosotros por misericordia porque entre todos los malos del mundo a él le plació escogernos a nosotros y salvarnos. V 4-5 “No pienses en tu corazón cuando Jehová tu Dios los haya echado de delante de ti, diciendo: Por mi justicia me ha traído Jehová a poseer esta tierra; pues por la impiedad de estas naciones Jehová las arroja de delante de ti. 
9:5 No por tu justicia, ni por la rectitud de tu corazón entras a poseer la tierra de ellos, sino por la impiedad de estas naciones Jehová tu Dios las arroja de delante de ti, y para confirmar la palabra que Jehová juró a tus padres Abraham, Isaac y Jacob.
Esto debería ser un motivo muy fuerte para siempre estar agradecidos con Dios y nunca desanimarnos de estar a su lado.
Recuerda todas las cosas malas que hemos hecho y te darás cuenta del amor de Dios para con nosotros. V 7 “Acuérdate, no olvides que has provocado la ira de Jehová tu Dios en el desierto; desde el día que saliste de la tierra de Egipto, hasta que entrasteis en este lugar, habéis sido rebeldes a Jehová.
Cada uno de nuestros actos al igual que los actos del pueblo de Israel, lo único que ocasionarían es nuestra destrucción pero el amor de Jesucristo ha sido más grande que nuestra maldad y por eso no nos ha destruido aunque ganas no le han faltado. V 13-14 “Y me habló Jehová, diciendo: He observado a ese pueblo, y he aquí que es pueblo duro de cerviz. 
9:14 Déjame que los destruya, y borre su nombre de debajo del cielo, y yo te pondré sobre una nación fuerte y mucho más numerosa que ellos.
Tu eres capaz no mires cuán grande es tu problema, mira cuán grande es nuestro Dios, solo atrévete a ser diferente a luchar. Recuerda el que pelea no eres tu es Dios quien lo hace por nosotros.

      


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