Para Jesucristo el espíritu santo
era demasiado importante, tanto que a los discípulos les dijo que era necesario
que él se fuera para que pueda llegar el espíritu santo. V 7 “Pero
yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el
Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré.”
Para
muchos las manifestaciones del espíritu santo son temblor, escalofrió, vomito, gritar
desenfrenadamente y muchas manifestaciones que en verdad lo único que producen
es terror y confusión.
Pero Jesús nos enseña algo muy
diferente el nos dice que el espíritu santo tiene unas funciones muy puntuales:
1. convence de pecado. V 8 a “Y
cuando él venga, convencerá al mundo de pecado,” solo cuando reconocemos
que somos pecadores, que lo que estamos haciendo no está bien es cuando
buscamos a Jesús y creemos en el. V 9 “De pecado, por cuanto no
creen en mí;”
2. Nos convence de Justicia. Nos
hace ver como Jesús ahora esta como poderoso rey a la diestra del padre.
3. Nos convence de Juicio. A través
del espíritu santo podemos entender que Satanás ya ha sido juzgado y que el ya
no tiene otra oportunidad, como la tenemos nosotros, pero que después de este
tiempo también seremos juzgados para salvación o condenación.
4. El espíritu santo es el que nos
enseña la verdad de Dios. V 13 “Pero cuando venga el
Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su
propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas
que habrán de venir.”
Tener al espíritu santo en nosotros
o decir que estamos llenos del espíritu santo es reflejar en nuestra vida el
fruto que él es. Gálatas 5: 22 “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia,
benignidad, bondad, fe, 5:23 mansedumbre, templanza; contra tales cosas
no hay ley.”
El espíritu santo nos lleva a renunciar
a nuestras paciones, liberarnos de toda atadura para poder seguir a Jesús. Gálatas
5: 24 “Pero los
que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos.”
Si decimos tener al espíritu
debemos andar como en el espíritu, el tener la llenura del espíritu es algo que
se tiene que ver reflejado en nuestro exterior, en nuestro trato, en nuestra
manera de hablar. Gálatas 5: 25 “Si vivimos por el
Espíritu, andemos también por el Espíritu.”
El mundo es difícil y está lleno de
muchos problemas, pero a través del espíritu santo el nos da fortaleza para
también salir vencedores. V 33 “Estas cosas os he hablado
para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he
vencido al mundo.”
El espíritu de Dios es el que nos
hace entender y obedecer la palabra. Ezequiel
36: 27 “Y pondré
dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis
mis preceptos, y los pongáis por obra.”
Solo si obedecemos a la palabra de
Dios nos convertimos en morada del espíritu santo. Juan 14: 23 “Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra
guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él.”
El espíritu santo es mucho más que
una mera emoción, el espíritu santo es el que transforma nuestra vida, el que
restaura nuestra mente y nuestro corazón.