Dios le ha dado la potestad a
Jesucristo de poder reinar. Mateo 28: 18 “Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me
es dada en el cielo y en la tierra.”
Todos
los que aceptemos que Jesucristo tiene el poder podremos experimentar el vivir
seguros, sin ningún temor. Ya que el mismo será quien se encargue de nuestra
protección. Miqueas 5: 4 “Y
él estará, y apacentará con poder de Jehová, con grandeza del nombre de Jehová
su Dios; y morarán seguros, porque ahora será engrandecido hasta los fines de
la tierra.”
El tener a Cristo como nuestro
protector no significa que no tengamos problemas, lo que en verdad significa es
que a pesar de los problemas o los gigantes que se levanten en contra nuestra
siempre saldremos victoriosos. V 5 “Y éste será nuestra paz. Cuando el asirio viniere a nuestra
tierra, y cuando hollare nuestros palacios, entonces levantaremos contra él
siete pastores, y ocho hombres principales;”
Un boxeador no puede pretender ser
campeón si no quiere subir al cuadrilátero y pelear. La única forma que un
boxeador tiene para ser campeón es si sube pelea y gana.
Lo mismo sucede con los cristianos.
Jesucristo no promete prepararnos un mundo especial para nosotros, o meternos
en una burbujita de cristal. Lo que Cristo quiere es prepararnos para
conquistar y salir victoriosos en este mundo difícil. Juan 16: 33 “Estas
cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción;
pero confiad, yo he vencido al mundo.”
Como buenos padres nuestra labor no
es mantener a nuestros hijos ocultos del mundo, un día ellos van a tener que
salir y ese día si no están preparados, el mundo los puede destruir.
Nuestra labor de padres es preparar
a nuestros hijos y darles las herramientas necesarias para que ellos puedan
salir victoriosos. El darle todo gusto a nuestros hijos no es la mejor manera
para prepararlos, enséñales a que todo lo que tú les das cuesta y que es necesario
luchar duro para ganárselo.
Hay muchos hijos que mientras sus
padres Vivian todo lo tenían, pero cuando sus padres fallecieron o por algún
motivo ya no están con sus hijos ellos derrocharon lo que sus padres les
dejaron y llegaron a vivir en pobreza absoluta; la razón, nunca fueron
entrenados, preparados para vivir en victoria.
Cierto entrenador de futbol dijo
alguna vez: no me traigan jugadores que quieran ganar…tráiganme jugadores que
quieran prepararse para ganar. Querer todos quieren, preparase muy pocos.
Los que aceptamos a Jesucristo como
nuestro señor él nos prepara para que lleguemos a ser luz en la oscuridad, sal
en un mundo sin sabor, roció en una tierra reseca. V 7 “El remanente de Jacob será en medio de
muchos pueblos como el rocío de Jehová, como las lluvias sobre la hierba, las
cuales no esperan a varón, ni aguardan a hijos de hombres.”
Los hijos de Dios no estamos para
lamentarnos por nuestra situación, somos entrenados para superar la adversidad
y ser unos verdaderos leones en la selva, cabeza y no cola. V 8 “Asimismo el remanente de Jacob será entre
las naciones, en medio de muchos pueblos, como el león entre las bestias de la
selva, como el cachorro del león entre las manadas de las ovejas, el cual si
pasare, y hollare, y arrebatare, no hay quien escape.”
La única forma que un deportista
tiene para llegar a ser un campeón es sometiéndose a fuerte entrenamiento y
dejando muchas cosas que no le convienen a su cuerpo y que no lo dejan rendir.
Jesucristo se encargara de destruir
de nosotros todo lo que estorba para que lleguemos a ser su pueblo, un pueblo de
campeones, un pueblo especial cuyo único Dios sea Jehová. V 12-13 “Asimismo destruiré de tu mano las
hechicerías, y no se hallarán en ti agoreros. 5:13 Y haré destruir tus
esculturas y tus imágenes de en medio de ti, y nunca más te inclinarás a la
obra de tus manos.”
Deja que Jesucristo reine en tu corazón y te llevara a una
vida de victoria