Metamorfosis significa
transformación, transformar una cosa en
otra.
Transformar un horrible gusano en
una hermosa mariposa, pero también podría darse el caso que una hermosa
mariposa se llegue a transformar en un horrible monstruo, la metamorfosis no
siempre va de lo feo a lo bonito.
La
transformación es todo un proceso, no es algo que se logra de la noche a la
mañana.
El pueblo de Israel no siempre fue
malo, en un principio era un pueblo santo, muy amado y bendecido por Dios.
Deuteronomio 7: 6 “Porque
tú eres pueblo santo para Jehová tu Dios; Jehová tu Dios te ha escogido para
serle un pueblo especial, más que todos los pueblos que están sobre la tierra.”
Con el tiempo se empezó a
contaminar. Ezequiel 22: 4 “En
tu sangre que derramaste has pecado, y te has contaminado en tus ídolos que
hiciste; y has hecho acercar tu día, y has llegado al término de tus años; por
tanto, te he dado en oprobio a las naciones, y en escarnio a todas las tierras.”
Poco a poco se empezó a degradar
ella misma. Nuestros actos y las personas con quien andamos son las que nos
empiezan a transformar, poco a poco nos vamos convirtiendo en otras personas. V
16 “Y por ti misma serás
degradada a la vista de las naciones; y sabrás que yo soy Jehová.” Cambia
nuestra manera de pensar, de hablar y de comportarnos.
La degradación es lenta pero
segura, si no cambiamos nuestros hábitos o nuestras amistades pronto podemos
llegar al nivel más bajo de degradación, convertirnos en la escoria de la
sociedad, en algo vil y despreciable. V 18 “Hijo de hombre, la casa de Israel se me ha convertido en
escoria; todos ellos son bronce y estaño y hierro y plomo en medio del horno; y
en escorias de plata se convirtieron.”
Uno de los pasos en esta
metamorfosis es el vivir de apariencias. Engañados por sus propias mentiras,
evadiendo siempre la realidad. V 28 “Y sus profetas recubrían con lodo suelto, profetizándoles
vanidad y adivinándoles mentira, diciendo: Así ha dicho Jehová el Señor; y
Jehová no había hablado.”
La transformación culmina cuando la
esencia del ser es transformada. El pueblo de Dios estaba conformado por
personas adoradoras, que se ponían en la brecha eran unos verdaderos
intercesores, (un intercesor es alguien que se interpone entre Dios y el pueblo
cuando hay juicio) pero ahora ya no había ni siquiera uno que lo continuara
haciendo. V 30 “Y busqué
entre ellos hombre que hiciese vallado y que se pusiese en la brecha delante de
mí, a favor de la tierra, para que yo no la destruyese; y no lo hallé”
Nosotros venimos del mundo éramos
pecadores y con Cristo comenzamos el proceso de transformación, nuestra
metamorfosis espiritual. 2 Corintios 3: 18 “Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como
en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la
misma imagen, como por el Espíritu del Señor.”
Para esto es necesario reconocer
nuestras debilidades y pedir al espíritu santo que comience en nosotros ese
proceso de transformación gradual.
El gusano cuando está en su capullo
sufre mucho en su proceso de transformación, no solo por salir, sino que su
posición es incómoda. Solamente si es capaz de soportar el sufrimiento puede
convertirse en una hermosa mariposa.
Nosotros podemos llegar a ser
santos si estamos dispuestos a sufrir para dejar esa manera vana de vivir,
dejar los malos hábitos muchas veces duele.
El llegar a ser santo y sobre todo
el mantenernos santos causa dolor, dejar lo que más amamos para seguir a Cristo
es doloroso, si no fuera así no tendría ningún merito. Santiago 1: 2-4 “Santiago, siervo de Dios y del Señor
Jesucristo, a las doce tribus que están en la dispersión: Salud. 1:2 Hermanos
míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas,
1:3 sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. 1:4 Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna.” 1 Pedro 2: 20-22 “Pues ¿qué gloria es, si pecando sois abofeteados, y lo soportáis? Más si haciendo lo bueno sufrís, y lo soportáis, esto ciertamente es aprobado delante de Dios. 2:21 Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas; 2:22 el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca;”
1:3 sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. 1:4 Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna.” 1 Pedro 2: 20-22 “Pues ¿qué gloria es, si pecando sois abofeteados, y lo soportáis? Más si haciendo lo bueno sufrís, y lo soportáis, esto ciertamente es aprobado delante de Dios. 2:21 Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas; 2:22 el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca;”
Mantenernos en santidad duele y
duele mucho, pero después aprendemos a disfrutarlo por amor a Jesús.
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