martes, octubre 02, 2012

La Gran Comisión. Ezequiel 2


Dios tiene un deseo y es que todo el mundo sea salvo. 1 Timoteo 2:4 “el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad.” Pero la única forma de que esto sea una realidad es a través de los mismos hombres.
Por eso Dios nos llama para poder cumplir su propósito. Salmo 138: 8 “Jehová cumplirá su propósito en mí; Tu misericordia, oh Jehová, es para siempre; No desampares la obra de tus manos.” Cuando Dios llama a alguien el mismo se encarga de facilitar los medios, el no desampara la obra de sus manos.

Dios llama a Ezequiel para encargarle la gran comisión. V 3 a “Y me dijo: Hijo de hombre, yo te envío a los hijos de Israel,
Para tener éxito en cualquier comisión o encargo que tengamos sea de carácter espiritual o secular es necesario que tengamos en cuenta algunas cosas tales como:
1. Aquien nos envía. V 3 b “a gentes rebeldes que se rebelaron contra mí; ellos y sus padres se han rebelado contra mí hasta este mismo día” debo conocer su cultura, su condición económica, su capacidad cultural, todo esto me sirve para hacer nuestro trabajo de manera más eficiente.
2. Cuales son las condiciones del lugar. V 4 “Yo, pues, te envío a hijos de duro rostro y de empedernido corazón; y les dirás: Así ha dicho Jehová el Señor.” Que tanta receptibilidad hay con relación a lo que voy hablar o hacer.
3. Debemos entender que la comisión es una orden. V 5 “Acaso ellos escuchen; pero si no escucharen, porque son una casa rebelde, siempre conocerán que hubo profeta entre ellos.” Hay cosas en la vida que debemos hacerlas gústele a la gente o no le guste.
4. Debo entender que cuando no hago una comisión, me convierto en rebelde. V 8 a “Mas tú, hijo de hombre, oye lo que yo te hablo; no seas rebelde como la casa rebelde;
5. Debo prepararme. V 8 b “abre tu boca, y come lo que yo te doy” nadie da de lo que no tiene, si quiero enseñar la verdad del evangelio es necesario que primero yo conozca la verdad de lo contrario sería un ciego guiando a otro ciego.
Pero este mandato no solo era en la antigüedad, hoy todavía sigue vigente. Jesucristo retoma la orden y la traslada a sus discípulos. Mateo 28: 19-20 “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; 
28:20 enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.
Jesucristo ya hizo su parte, el con su muerte y resurrección propicio la salvación, pero para que el mundo se salve depende de nosotros, ha pasado muchos años pero la necesidad de obreros que quieran ser instrumentos de Dios en el propósito de salvación sigue siendo el mismo. Mateo 9: 37 “Entonces dijo a sus discípulos: A la verdad la mies es mucha, mas los obreros pocos.
Cristo no va a morir de nuevo, que el mundo se salve o se condene depende de nosotros los llamados cristianos.
Escuchen o no nos escuchen nunca dejemos de anunciar la verdadera palabra de Dios. Recuerda si lo hacemos Dios siempre estará con nosotros hasta el fin del mundo.



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