Atalaya es un vigía o un centinela encargado
de anunciar en caso de que llegue el enemigo.
Dios nos llama a todos para que
seamos atalayas que anunciemos la palabra de Dios.
El llamado lo hace de:
Manera
personal. Ezequiel 3: 17 “Hijo
de hombre, yo te he puesto por atalaya a la casa de Israel; oirás, pues, tú la
palabra de mi boca, y los amonestarás de mi parte.”
1. A través de
los hombres. Ezequiel 33: 2 “Hijo
de hombre, habla a los hijos de tu pueblo, y diles: Cuando trajere yo espada
sobre la tierra, y el pueblo de la tierra tomare un hombre de su territorio y
lo pusiere por atalaya,”
2. A través de
la palabra. Hoy tenemos el mismo mandato que tenían los discípulos de Jesús.
Mateo 28: 19 “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las
naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu
Santo;”
De cualquier manera que Jesucristo
utilice para mandarnos a ser sus atalayas el deber que asumimos es el mismo.
Anunciar la palabra de salvación, escuchen o no nos escuchen. Ezequiel 2: 7 “Les hablarás, pues, mis palabras,
escuchen o dejen de escuchar; porque son muy rebeldes.”
El no anunciar la palabra de Dios
nos convierte en rebeldes. Ezequiel 2: 8 “Mas tú, hijo de hombre, oye lo que yo te hablo; no seas rebelde
como la casa rebelde; abre tu boca, y come lo que yo te doy.”
El ser obedientes al mandato de Jesucristo
nos hace dignos de contar con su presencia hasta el fin del mundo. Mateo 28: 20
“enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y
he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén” contar con la presencia de Jesús
significa tener su respaldo total.
Los que llevamos las buenas nuevas
del evangelio somos tan importantes como un medico cirujano, muchos no lo pueden
creer ya que argumentan que el médico se quemo las pestañas o estudio mucho.
Pero la razón es muy sencilla, el médico cirujano tiene en sus manos la vida de
una persona, es decir si se equivoca lo único que provoca es la muerte física
de ella, pero total Cristo la puede resucitar en el día final. En cambio si
nosotros nos equivocamos y enseñamos mentiras, las personas que están a nuestro
cargo podrían morir, no de manera física, sino algo peor su muerte seria
espiritual y la condenación seria para siempre.
Si nosotros los llamados cristianos
no anunciamos la verdad y esa persona a quien discipulamos se condena, Dios nos
hace responsables a nosotros. Ezequiel 33: 8 “Cuando yo dijere al impío: Impío, de cierto morirás;
si tú no hablares para que se guarde el impío de su camino, el impío morirá por
su pecado, pero su sangre yo la demandaré de tu mano.”
Si nosotros hablamos salvamos
nuestra vida y la de los demás. V9 “Y si tú avisares al impío de su camino para que se aparte de
él, y él no se apartare de su camino, él morirá por su pecado, pero tú libraste
tu vida.”
Dios no quiere la muerte del pecador,
Jesucristo ama al pecador pero aborrece el pecado. V 11 “Diles: Vivo yo, dice Jehová el Señor,
que no quiero la muerte del impío, sino que se vuelva el impío de su camino, y
que viva. Volveos, volveos de vuestros malos caminos; ¿por qué moriréis, oh
casa de Israel?”
El ser cristianos por mucho tiempo
no nos garantiza salvación, al igual que si alguien es pecador por mucho
tiempo, esto no significa que ya este condenado. V 12 “Y tú, hijo de hombre, di a los hijos de
tu pueblo: La justicia del justo no lo librará el día que se rebelare; y la
impiedad del impío no le será estorbo el día que se volviere de su impiedad; y
el justo no podrá vivir por su justicia el día que pecare.”
El justo puede confiarse, caer en
pecado y condenarse. V 13 “Cuando
yo dijere al justo: De cierto vivirás, y él confiado en su justicia hiciere
iniquidad, todas sus justicias no serán recordadas, sino que morirá por su
iniquidad que hizo.” Nuestra lucha por la santidad tiene que ser de manera
constante. 1 corintios 10: 12 “Así
que, el que piensa estar firme, mire que no caiga.”
El pecador siempre tiene la
oportunidad de arrepentirse de su maldad y salvarse. 14 “Y cuando yo dijere al impío: De cierto
morirás; si él se convirtiere de su pecado, e hiciere según el derecho y la
justicia,”
Dios quiere que lo busquemos de
todo corazón para adorarlo, Juan 4: 23. En la antigüedad y ahora hay muchos que
no lo buscan para adorarlo y respetarlo, hoy hay mucha gente del mundo que
acude a las iglesias cristianas solo porque les parece chévere la forma como
habla el pastor, o los shows que él hace. Ezequiel 33: 32 “Y vendrán a ti como viene el pueblo, y
estarán delante de ti como pueblo mío, y oirán tus palabras, y no las pondrán
por obra; antes hacen halagos con sus bocas, y el corazón de ellos anda en pos
de su avaricia. 33:32 Y he aquí que tú eres a ellos como cantor de
amores, hermoso de voz y que canta bien; y oirán tus palabras, pero no las
pondrán por obra.”
Jesucristo no va a morir otra vez
para salvar a la humanidad, la salvación del mundo ahora depende de ti y de mi.
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