El amor de
un padre es tan grande que no importa como sea su hijo siempre tiene la
paciencia para esperarlo, esto es lo que hace pensar a la gente que un padre
nunca se cansa de sus hijos. Pero hay situaciones que nos desgastan, nos hacen perder la tolerancia, la paz y tranquilidad.
Las
circunstancias adversas nos irritan y provocan relaciones ásperas con las
personas que nos rodean.
Es necesario
que revisemos nuestro comportamiento
para evitar consecuencias graves que después no podamos arreglar. Hay matrimonios
que llevaron su relación al extremo. Se desgastaron al punto que
se pierde cualquier esperanza de reconciliación y lo único por hacer es afrontar la separación
De la forma
menos dolorosa. Es una lástima que los humanos llevemos siempre las cosas al
límite donde ya no hay salida. Intentamos recuperar a los hijos cuando ya es
imposible que vuelvan. Buscamos ayuda para nuestro matrimonio cuando ya nos
sacaron las maletas a la calle. Sabemos lo que tenemos hasta que lo perdemos.
De la misma
forma que llevamos nuestra tolerancia al límite, hemos desgastado la tolerancia
de Dios. Así usted no lo crea. Dios también se cansa de la rebeldía de sus
hijos. Y toma decisión terrible ya no hablar más. V 1-3 “Aconteció en el año séptimo, en el mes quinto, a los
diez días del mes, que vinieron algunos de los ancianos de Israel a consultar a
Jehová, y se sentaron delante de mí. 20:2 Y vino a mí palabra de Jehová,
diciendo: 20:3 Hijo de hombre, habla a los ancianos de Israel, y diles:
Así ha dicho Jehová el Señor: ¿A consultarme venís vosotros? Vivo yo, que no os
responderé, dice Jehová el Señor.”
Llega un
momento en la relación de un padre con sus hijos que él prefiere hacerse a un
lado y decirles hagan lo que quieran, por no utilizar una expresión que tal vez
usted ya la conoce, y Dios también le dice a su pueblo hagan lo que quieran. V 39
“Y a vosotros, oh casa de Israel, así ha
dicho Jehová el Señor: Andad cada uno tras sus ídolos, y servidles, si es que a
mí no me obedecéis; pero no profanéis más mi santo nombre con vuestras ofrendas
y con vuestros ídolos.”
Que provoca el
desgaste el cansancio en una relación y sobre todo en nuestra relación con
Dios.
No aceptar lo
dispuesto por él y sobretodo sabiendo que es lo más importante para nuestro
padre. V 12, 20-21 “Y les di también
mis días de reposo, para que fuesen por señal entre mí y ellos, para que
supiesen que yo soy Jehová que los santifico; y santificad mis días de reposo,
y sean por señal entre mí y vosotros, para que sepáis que yo soy Jehová vuestro
Dios.
20:21 Mas los hijos se rebelaron contra mí; no anduvieron en mis estatutos, ni guardaron mis decretos para ponerlos por obra, por los cuales el hombre que los cumpliere vivirá; profanaron mis días de reposo. Dije entonces que derramaría mi ira sobre ellos, para cumplir mi enojo en ellos en el desierto.”
20:21 Mas los hijos se rebelaron contra mí; no anduvieron en mis estatutos, ni guardaron mis decretos para ponerlos por obra, por los cuales el hombre que los cumpliere vivirá; profanaron mis días de reposo. Dije entonces que derramaría mi ira sobre ellos, para cumplir mi enojo en ellos en el desierto.”
Un hijo terco
que en todo momento vive en rebeldía es lo que más desgasta la relación con su
padre. V 13 “Mas se rebeló contra mí
la casa de Israel en el desierto; no anduvieron en mis estatutos, y desecharon
mis decretos, por los cuales el hombre que los cumpliere, vivirá; y mis días de
reposo profanaron en gran manera; dije, por tanto, que derramaría sobre ellos
mi ira en el desierto para exterminarlos.”
Hay hijos que
por mucho que su padre les aconseja, siempre terminan dejándose influenciar por
sus amigos. V 32 “Y no ha de ser lo que
habéis pensado. Porque vosotros decís: Seamos como las naciones, como las demás
familias de la tierra, que sirven al palo y a la piedra.”
Esto hace que
un padre diga ya no mas se acabaron las oportunidades. V 7-9 “entonces les dije: Cada uno eche de sí las
abominaciones de delante de sus ojos, y no os contaminéis con los ídolos de
Egipto. Yo soy Jehová vuestro Dios. 20:8 Mas ellos se rebelaron contra
mí, y no quisieron obedecerme; no echó de sí cada uno las abominaciones de
delante de sus ojos, ni dejaron los ídolos de Egipto; y dije que derramaría mi
ira sobre ellos, para cumplir mi enojo en ellos en medio de la tierra de
Egipto.
20:9 Con todo, a causa de mi nombre, para que no se infamase ante los ojos de las naciones en medio de las cuales estaban, en cuyos ojos fui conocido, actué para sacarlos de la tierra de Egipto.”
20:9 Con todo, a causa de mi nombre, para que no se infamase ante los ojos de las naciones en medio de las cuales estaban, en cuyos ojos fui conocido, actué para sacarlos de la tierra de Egipto.”
Pero sabes una
cosa un padre, es un padre y al final su corazoncito le termina ganando, y otra
vez volvemos a empezar, y las oportunidades salen a la luz. V 40-42 “Pero en mi santo monte, en el alto monte de Israel,
dice Jehová el Señor, allí me servirá toda la casa de Israel, toda ella en la
tierra; allí los aceptaré, y allí demandaré vuestras ofrendas, y las primicias
de vuestros dones, con todas vuestras cosas consagradas. 20:41 Como
incienso agradable os aceptaré, cuando os haya sacado de entre los pueblos, y
os haya congregado de entre las tierras en que estáis esparcidos; y seré
santificado en vosotros a los ojos de las naciones. 20:42 Y sabréis que
yo soy Jehová, cuando os haya traído a la tierra de Israel, la tierra por la
cual alcé mi mano jurando que la daría a vuestros padres.”
Dios está
siempre dispuesto a perdonarnos, lo que él no nos quita son las consecuencias
que pueda generar la desobediencia.
Tú y yo somos
hechos a la imagen y semejanza de Dios, así que si ya estaba cansado de tus
hijos piensa en lo que Cristo ha hecho por ti y dales otra oportunidad, en tus
manos está el que ese hogar hermoso que Dios te dio sea un hermoso paraíso.
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