O simplemente estamos en una fila en el banco o en cualquier oficina escuchamos a muchas personas quejarse de lo difícil de la situación que están pasando quisiéramos hablarles, nos esforzamos, sudamos, nos mordemos los labios y muchas veces no podemos decir nada.
El defender nuestra fe tampoco debe
ser motivo de ofender o dañar a los demás. Eliu quería justificar a Dios sin
importarle el daño que le podía hacer a
Job. 34: 7-8 “¿Qué hombre hay como Job, Que bebe el escarnio como agua, 34:8
Y va en compañía con los que hacen iniquidad, Y anda con los hombres
malos?”
Como defender nuestra fe.
1. Usa palabras agradables. No
critiques lo que esa persona hace. 34: 2-3 “Oíd, sabios, mis palabras; Y vosotros, doctos, estadme
atentos. 34:3 Porque el oído prueba las palabras, Como el paladar
gusta lo que uno come.”
2. No censures a los demás. V 7-8 “¿Qué hombre hay como Job, Que
bebe el escarnio como agua,
34:8 Y va en compañía con los que hacen iniquidad, Y anda con los hombres malos?” no por hacerte ver más santo te van a creer.
34:8 Y va en compañía con los que hacen iniquidad, Y anda con los hombres malos?” no por hacerte ver más santo te van a creer.
3. Enseñando que Dios es bueno y
que jamás quiere nuestro mal. V 10-11 “Por tanto, varones de inteligencia, oídme: Lejos esté
de Dios la impiedad, Y del Omnipotente la iniquidad. 34:11 Porque
él pagará al hombre según su obra, Y le retribuirá conforme a su camino.”
4. Con amor debemos hacer entender
que todos los hombres por naturaleza somos pecadores. 35: 2 “¿Piensas que es cosa recta lo que has
dicho: Más justo soy yo que Dios?”
5. Muestra con tu testimonio que
portarnos bien jamás es perder el tiempo. Las bendiciones que hemos recibido así
lo muestran. 35: 3 “Porque dijiste: ¿Qué ventaja sacaré de ello?
¿O qué provecho tendré de no haber pecado?”
¿O qué provecho tendré de no haber pecado?”
6. Explica como Dios no oye al
vanidoso ni al orgulloso. V 13 “Ciertamente Dios no oirá la vanidad,
Ni la mirará el Omnipotente.”
Ni la mirará el Omnipotente.”
7. Muéstrale el amor de Dios. Jehová
no nos castiga pero si deja que vivamos nuestras propias consecuencias. V 15 “Mas ahora, porque en su ira no
castiga, Ni inquiere con rigor,”
La mejor forma de defender nuestra
fe no es con violencia fisca o verbal. La mejor manera de defenderla es
mostrando en nosotros el amor de Dios. Muestra como es tu vida desde que
conociste de Jesús. Deja que los hechos hablen más que las palabras.