La pregunta hecha a Jesucristo
era de extrema gravedad, pues comportaba un dilema, del cual creían que Él no
podría salir.
Si
dijese que no se debía pagar el impuesto a César, lo acusarían ante Poncio
Pilatos como sedicioso contra el poder de Roma.
Si dijese que se debía pagar el impuesto, estaría rechazando el carácter
teocrático del pueblo de Israel (gobernado por Dios), sometiéndolo al poder de
César y de Roma. Aprobando el pago de los impuestos, desagradaría al pueblo, que odiaba a los
publicanos, los recolectores de esas contribuciones.
El mandato de Dios es claro primero
debemos buscar el reino de Dios. Mateo 12: 31 “Mas buscad el
reino de Dios, y todas estas cosas os serán añadidas.”
Estamos en este sistema de cosas pero
vivimos en dos mundos, uno espiritual y otro físico. En el mundo espiritual
solo debemos dar la gloria a Dios. . Salmo 29: 2 “Dad a Jehová
la gloria debida a su nombre; Adorad a Jehová en la hermosura de la santidad.” Dios es
nuestro único Dios soberano. En este mundo debemos ser ejemplo de obediencia, y
Jesús fue muy claro. Marcos 12: 17 “Respondiendo Jesús, les dijo: Dad
a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios. Y se maravillaron de él.”
Dios nos manda a ser testimonio con
los de afuera, serlo con los de adentro es muy fácil. A la iglesia todos
llegamos con carita de ángel. 1 Timoteo 3: 7 “También es necesario que tenga buen testimonio de los
de afuera, para que no caiga en descrédito y en lazo del diablo” que concepto
tiene de ti el tendero, el carnicero del barrio. Te conoce como alguien
cumplido que paga sus deudas a tiempo, o te conocen por todo lo contrario.
Las autoridades en este mundo son impuestas
por Dios. Romanos 13: 1 “Sométase
toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de
parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas.”
El desobedecer a las autoridades de
este mundo acarrea condenación. V 2 “De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido
por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos.”
Si cumplimos con las leyes humanas
no tenemos por qué temer. V 3-4 “Porque los magistrados no están para infundir temor al que
hace el bien, sino al malo. ¿Quieres, pues, no temer la autoridad? Haz lo
bueno, y tendrás alabanza de ella; 13:4 porque es servidor de Dios
para tu bien. Pero si haces lo malo, teme; porque no en vano lleva la espada,
pues es servidor de Dios, vengador para castigar al que hace lo malo.”
Las leyes de Dios y la de los
hombres debemos obedecerlas no por el castigo, debemos hacerlo porque es asunto
de conciencia. 5 “Por lo
cual es necesario estarle sujetos, no solamente por razón del castigo, sino
también por causa de la conciencia.”
Los tributos los debemos pagar
porque son para el mejoramiento de los países y las ciudades. V 6 “Pues por esto pagáis también los
tributos, porque son servidores de Dios que atienden continuamente a esto mismo.”
El cumplir con los tributos y las
ordenanzas de los hombres no significa que deshonremos a Dios. Siempre y cuando
primero este Dios en nuestra vida.