Pero después David reacciona y se
preocupa más por el no caiga también en los errores de esas personas que están sin
cristo. 141: 3-4 “Pon guarda a mi boca, oh Jehová; Guarda la puerta de
mis labios, No dejes que se incline mi corazón a cosa mala, A hacer
obras impías Con los que hacen iniquidad; Y no coma yo de sus deleites.” muchas
personas más se tardan en criticar a los demás que en caer en esos mismos
errores.
La verdad
es que mientras estemos en este mundo siempre estaremos rodeados de maldad.
Como no convertirse a ellos.
1. Orando constantemente. 141: 8-9 “Por tanto, a
ti, oh Jehová, Señor, miran mis ojos; En ti he confiado; no desampares mi alma,
Guárdame de los lazos que me han tendido, Y de las trampas de los que hacen
iniquidad” la oración es la única forma que tenemos para ser guardados
de caer en el mal. Mateo 26: 41 “Velad y orad, para que no entréis en
tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil”
2. Deseando no caer en tentación. 141:
3-4 “Pon
guarda a mi boca, oh Jehová; Guarda la puerta de mis labios, No dejes
que se incline mi corazón a cosa mala, A hacer obras impías Con los que hacen
iniquidad; Y no coma yo de sus deleites.”
3. Alejándonos del mal. No podemos
hacer a un lado a los que conviven con nosotros pero si podemos alejarnos de
sus malas prácticas. 1 Corintios 5:
10-11 “no absolutamente con los fornicarios
de este mundo, o con los avaros, o con los ladrones, o con los idólatras; pues
en tal caso os sería necesario salir del mundo, Más bien os
escribí que no os juntéis con ninguno que, llamándose hermano, fuere
fornicario, o avaro, o idólatra, o maldiciente, o borracho, o ladrón; con el
tal ni aun comáis.”
4. No frecuentando lugares que nos
atan al pasado pecaminoso que teníamos antes de conocer de Cristo. Apocalipsis 18: 4 “Y alrededor del trono había veinticuatro tronos; y vi sentados en los
tronos a veinticuatro ancianos, vestidos de ropas blancas, con coronas de oro
en sus cabezas”
5. Luchando para e ellos se
conviertan a nosotros. Jeremías 15: 19 “Por tanto, así dijo Jehová: Si te convirtieres, yo te
restauraré, y delante de mí estarás; y si entresacares lo precioso de lo vil,
serás como mi boca. Conviértanse ellos a ti, y tú no te conviertas a ellos” para
lograr que los demás se conviertan a nosotros es necesario tener muy en claro quiénes
somos y que es lo que queremos.
6. Aceptando que somos diferentes. Somos
un pueblo especial. Deuteronomio 7: 6-7 “Porque tú eres pueblo santo para
Jehová tu Dios; Jehová tu Dios te ha escogido para serle un pueblo especial,
más que todos los pueblos que están sobre la tierra, No por ser
vosotros más que todos los pueblos os ha querido Jehová y os ha escogido, pues
vosotros erais el más insignificante de todos los pueblos” si somos
especiales significa que no podemos actuar como los demás. Así nos llamen fanáticos
o legalistas.
7. Marcando diferencia. Somos luz
en medio de la oscuridad. Mateo 5: 14 “Vosotros sois la luz
del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder.”
8. No escuchando malas
conversaciones. Hay un adagio que dice: “Tanto va el cántaro al agua que al fin
se rompe” 1 Corintios 15: 33 “No erréis; las malas conversaciones corrompen las
buenas costumbres”
No permitas que los demás te
conviertan a ellos. Tú y yo somos la luz y la sal de la tierra. Debemos estar
muy seguros de quienes somos si no queremos terminar como los demás. Otra vez en
la oscuridad.