Pablo tenía una regla muy buena para poder decidir sobre qué hacer. Él se basaba en la conveniencia de lo que necesitaba. Me conviene o no me conviene. 1 Corintios 10: 23 “Todo me es lícito, pero no todo conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica.” eso que vas a decirle a tu esposa(o) va a mejorar tu relación de pareja. Eso que vas a escuchar de esa persona mejorara tu calidad de vida. Te va a dar paz, tranquilidad o por lo contrario te va a deprimir.
Lo que tú quieres ser o hacer
depende solo de ti, tú decides que hacer o que no hacer. El hacer el bien o el
mal es nuestra decisión.
Como tomar decisiones acertadas.
1. Déjate guiar por el Espíritu
Santo. Nosotros muchas veces no sabemos ni que queremos para nosotros mismos.
Romanos 8: 26 “Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra
debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el
Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles”
2. No te dejes llevar o influenciar
por las circunstancias. V 2 “Vive Dios, que ha quitado mi derecho,
Y el Omnipotente, que amargó el alma mía,”
Y el Omnipotente, que amargó el alma mía,”
3. No hables sin antes pensar. V 4
“Mis
labios no hablarán iniquidad, Ni mi lengua pronunciará engaño.” el afán
nos puede llevar a tomar malas decisiones.
4. No busques excusas para
justificar tus actos los actos de los demás. V 5 “Nunca tal
acontezca que yo os justifique; Hasta que muera, no quitaré de mí
mi integridad.” Reconocer nuestros errores nos permite corregir.
5. No hables cosas de las cuales
después te tengas que arrepentir. V 6 “Mi justicia tengo asida, y no la cederé; No
me reprochará mi corazón en todos mis días.” cuando tú vas hablar
en público te preocupas por utilizar las palabras adecuadas hasta escribes lo
que quieres decir para asegurarte de desechar lo que no conviene hablar. De
esta misma forma deberíamos actuar cuando vamos hablar con nuestra pareja o con
nuestros hijos. Pensar que cosas debemos decir y que cosas es mejor no decirlas.
6. Piensa en cosas que puedan
trascender más allá de tu muerte. V 8 “Porque ¿cuál es la esperanza del impío, por mucho que
hubiere robado, Cuando Dios le quitare la vida?” que tus
actos no se mueran contigo. Que sirvan de ejemplo para muchas generaciones.
Como quieres que te recuerden
después de tu partida y no necesariamente después de tu muerte. Como quieres
que te recuerden cuando salgas de esa empresa, de esa casa en la que vives.
Etc.
7. Que tu decisión cause gozo a Dios
a ti mismo y a los demás. V 10 “¿Se deleitará en el Omnipotente? ¿Invocará
a Dios en todo tiempo?” eso que vas hacer que beneficio va a causar, a quien
vas alegrar con tu decisión.
8. Piensa en que toda decisión
genera consecuencias buenas o malas de acuerdo a lo que tú hagas. V 14 “Si sus hijos
fueren multiplicados, serán para la espada; Y sus pequeños no se
saciarán de pan.”
El tomar buenas decisiones es todo
un arte. Tu decisión puede transformar la historia de tu vida para bien o para
mal. Que toda decisión que vayamos a tomar no importa si es de importancia o
aparentemente algo sencillo cuente con la guía del espíritu santo.