El que seamos sinceros no justifica
nuestra mala educación o nuestra falta de cultura para dirigirnos a los demás.
Jesucristo
dice que cada uno de nosotros habla de lo que tiene en su corazón. Lucas 6: 45
“El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el
hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia
del corazón habla la boca.”
Nadie da de lo que no tiene tu
forma de hablar puede revelar lo que verdaderamente hay en tu corazón.
Hay un adagio popular que dice: “no
puedes decir que alguien es tu mejor amigo si antes no has discutido con él” cuando
dos personas están de amigas por lo general siempre muestran a la otra persona
solo lo que ellos quieren que vean. Cuando se enojan es que sacan a relucir
todo lo que ellos en verdad sentían del uno al otro. Es decir los amigos cuando
están enojados es cuando pelan el cobre y muestran lo que hay en su interior.
Muchas de las cosas que decía Eliu
eran verdad lo que en realidad le molestaba a Job era su actitud, su forma de
hablar. El regalo podrá ser el más hermoso y costoso pero una mala actitud hace
que se lo vea como la cosa más fea.
Algunas cosas a tener en cuenta cuando hablamos.
1. No digas a otros. ¡Si es que
puedes! V 5 “Respóndeme
si puedes; Ordena tus palabras, ponte en pie.” Lo harás
sentir como un mediocre e ignorante.
2. No seas prepotente. V 6 “Heme aquí a mí en lugar de Dios,
conforme a tu dicho; De barro fui yo también formado.” todos los
que se creen mejor que los demás terminan quedándose solos.
3. No ataques a la persona ataca al
problema. V 8-10 “De
cierto tú dijiste a oídos míos, Y yo oí la voz de tus palabras que
decían: 33:9 Yo soy limpio y sin defecto; Soy inocente, y no hay maldad
en mí.
33:10 He aquí que él buscó reproches contra mí, Y me tiene por su enemigo;” si alguien está equivocado en lo que dice o hace. Dale razones para que vea su error el atacarlo lograra que más se endure su corazón.
33:10 He aquí que él buscó reproches contra mí, Y me tiene por su enemigo;” si alguien está equivocado en lo que dice o hace. Dale razones para que vea su error el atacarlo lograra que más se endure su corazón.
4. No hagas sentir a los demás
culpables. Se parte de la solución y no del problema busca sanar la herida no
acabarla de abrir más. V 19-20 “También sobre su cama es
castigado Con dolor fuerte en todos sus huesos, 33:20 Que le hace
que su vida aborrezca el pan, Y su alma la comida suave.”
5. pídele a Dios que te de
sabiduría para ser su vocero ante los hombres. V 23 “Si tuviese cerca de él Algún
elocuente mediador muy escogido, Que anuncie al hombre su deber;”
6. Busca acercar a las personas al corazón de Jesús. V 24 “Que le diga que Dios tuvo de él misericordia, Que lo libró de descender
al sepulcro, Que halló redención;” ejerce el ministerio de la
reconciliación. 2 Corintios 5: 18 “Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo
mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación;”
7. Muéstrale que en Jesucristo todavía
hay esperanza. V 26 “Orará a Dios, y éste le amará,
Y verá su faz con júbilo; Y restaurará al hombre su justicia.”
Y verá su faz con júbilo; Y restaurará al hombre su justicia.”
La mejor forma de ayudar a alguien que
está pasando por un intenso dolor es escuchándolo. Pero si te cuesta escuchar
entonces que de tu boca salgan palabras de vida y no de muerte. Pídele a Dios
que te guie a través del Espíritu Santo de esta forma de tu boca saldrán
palabras como bálsamo sanador para el alma herida.