Jeremías también tenía momentos en los cuales ya no quería hacer nada hasta quería no seguir hablando de Dios. Jeremías 20: 9 “Pero si digo: No le recordaré ni hablaré más en su nombre, esto se convierte dentro de mí como fuego ardiente encerrado en mis huesos; hago esfuerzos por contener lo, y no puedo.”
Pablo tenía miedo que después de
ser el número uno, de ser quien ayudaba a muchos a encontrarse con Dios él se vaya
a quedar. 1 Corintios 9: 27 “sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo
sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado”
Jesucristo a través de su Santo
Espíritu puede sacarnos de esos momentos de depresión pero nosotros debemos
también poner de nuestra parte.
Como Salir de la depresión.
1. Recuerda siempre los buenos
momentos de tu vida. V 3-4 “He aquí, tú enseñabas a muchos,
Y fortalecías las manos débiles; 4:4 Al que tropezaba enderezaban tus palabras, Y esforzabas las rodillas que decaían.”
Y fortalecías las manos débiles; 4:4 Al que tropezaba enderezaban tus palabras, Y esforzabas las rodillas que decaían.”
2. Cree que ningún hijo de Dios se
puede perder. Esto no quiere decir que no podemos pasar momentos difíciles. V 7
“Recapacita ahora;
¿qué inocente se ha perdido? Y ¿en dónde han sido destruidos los rectos?” para un
hijo de Dios todas las cosas que le pasan son para bien. Romanos 8. 28 “Y sabemos que a los que aman a Dios,
todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito
son llamados”
3. Ten la certeza que lo bueno que
hayas hecho es lo que cosecharas. V 8 “Como yo he visto, los que aran iniquidad Y
siembran injuria, la siegan.” si eres un siervo de Dios con mayor razón debes
estar tranquilo el servirle a Jesucristo no es en vano. Colosenses 3: 24 “sabiendo que
del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor
servís.”
4. Evita los pensamientos
negativos. V 14 “Me sobrevino un espanto y un temblor,
Que estremeció todos mis huesos;”
Que estremeció todos mis huesos;”
5. Piensa en cosas positivas.
Filipenses 4: 8 “Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo
lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen
nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.” en tu
vida han sucedido muchas cosas maravillosas porque detenerte en las pocas cosas
malas.
6. Aprende adaptarte a las
diferentes circunstancias que se nos presentan en la vida. Esto no quiere decir
resignación. Disfruta lo que tienes mientras luchas por algo mejor. Filipenses
4: 12 “Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo
y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así
para tener abundancia como para padecer necesidad.”
7. Escucha buenos consejos y las
correcciones. Proverbios 19: 20 “Escucha el consejo, y recibe la corrección, Para
que seas sabio en tu vejez.”
8. Evita las malas conversaciones
de los malos amigos. 1 Corintios 15: 33 “No erréis; las malas conversaciones corrompen las
buenas costumbres.” rodéate de personas positivas que te transmitan entusiasmo.
9. Evita la rutina o la monotonía.
No necesariamente tienes que irte de paseo. El leer la biblia hace que nos
llenemos de gozo. Jeremías 15: 16 “Fueron halladas tus palabras, y yo las comí; y tu
palabra me fue por gozo y por alegría de mi corazón; porque tu nombre se invocó
sobre mí, oh Jehová Dios de los ejércitos.”
10. Aprende de los errores. El
aceptar que nos hemos equivocado y que queremos corregir también cambia nuestro
estado de ánimo.
11. Cambia tu entorno. Organizar
los muebles de manera diferente. Cambia de camino para ir a tu casa o trabajo.
Cada día trata de hacer algo de manera diferente. Sonríe eso ayudara a cambiar
el entorno con los demás.
12. Ocúpate en algo. El adagio
popular dice: mente desocupada taller de satanás. El ocio es uno de los
causantes para estar deprimido. La mente no se hizo para estar desocupada si tú
no la ocupas en algo bueno. Ella por si sola busca en que ocuparse.
No dejes que los momentos de
dificultad te depriman. Recuerda que los problemas son naturales y normales
mientras estemos en este mundo. Con esfuerzo y con la ayuda de Jesucristo
podremos salir victoriosos.
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