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Tomando Posesión de la Bendición. Josué 8

Todos anhelamos tener la bendición que tanto le pedimos a Dios en nuestras manos.
Dios es maravilloso y no se  hace esperar él nos da la bendición. El apóstol pablo dice que ya somos benditos y con toda bendición. Efesios 1: 3 “Bendito sea el Dios y Padre de  nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en  Cristo
Pero si ya somos benditos entonces porque muchos viven como si no lo fueran. Que hace que no puedan tomar la bendición que Dios ya les ha dado.
Como tomar la bendición que nos pertenece.
1. No tener miedo. V 1 a “Jehová dijo a Josué: No temas ni desmayes; toma contigo toda la gente de guerra, y levántate y sube a Hai
2. Actuar. V 1 b “Mira, yo he entregado en tu mano al rey de Hai, a su pueblo, a su ciudad y a su tierra.
3. Planificar lo que se va hacer. V 5-7 “yo y todo el pueblo que está conmigo nos acercaremos a la ciudad; y cuando salgan ellos contra nosotros, como hicieron antes, huiremos delante de ellos. 
8:6 Y ellos saldrán tras nosotros, hasta que los alejemos de la ciudad; porque dirán: Huyen de nosotros como la primera vez. Huiremos, pues, delante de ellos.  8:7 Entonces vosotros os levantaréis de la emboscada y tomaréis la ciudad; pues Jehová vuestro Dios la entregará en vuestras manos” el hecho que tengamos el respaldo de Dios no significa que tengamos que actuar de manera desorganizada. La anterior vez los israelitas perdieron con los de Hai porque no tenían un plan ni tampoco tenían el respaldo de Dios. Josué 7: 5 “Y los de Hai mataron de ellos a unos treinta y seis hombres, y los siguieron desde la puerta hasta Sebarim, y los derrotaron en la bajada; por lo cual el corazón del pueblo desfalleció y vino a ser como agua.” La base para el éxito es siempre tener un plan de trabajo. Saber exactamente qué y con que hacer las cosas. Lucas 14: 28 – 30 “Porque ¿quién de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo que necesita para acabarla?  14:29 No sea que después que haya puesto el cimiento, y no pueda acabarla, todos los que lo vean comiencen a hacer burla de él, 14:30 diciendo: Este hombre comenzó a edificar, y no pudo acabar.
4. Desechar la pereza. Y supervisar lo que se hace. El éxito en delegar trabajo está en tener un buen sistema de control. V 10 a “Levantándose Josué muy de mañana, pasó revista al pueblo.
5. Poniéndose al frente de la obra. V 10 b “y subió él, con los ancianos de Israel, delante del pueblo contra Hai” no esperes que otros lo hagan por ti. Hay cosas que no se pueden delegar.
6. No creyéndose más que los demás. V 15 “Entonces Josué y todo Israel se fingieron vencidos y huyeron delante de ellos por el camino del desierto.” muchas veces es mejor manejar un bajo perfil.
7. Insistiendo hasta el final. V 26 “Porque Josué no retiró su mano que había extendido con la lanza, hasta que hubo destruido por completo a todos los moradores de Hai” recuerda lo que dice el adagio popular: en la puerta del horno se quema el pan. Mantente alerta hasta el último minuto.
8. Siendo agradecidos con Jesucristo y con las personas que de alguna manera nos colaboran en lo que hacemos. V 30 “Entonces Josué edificó un altar a Jehová Dios de Israel en el monte Ebal,
9. Asegurándose de tener la palabra de Dios. V 32 “También escribió allí sobre las piedras una copia de la ley de Moisés, la cual escribió delante de los hijos de Israel
10. Leyendo y estudiando toda la palabra o la ley sin omitir algo. V 34-35 “Después de esto, leyó todas las palabras de la ley, las bendiciones y las maldiciones, conforme a todo lo que está escrito en el libro de la ley.  8:35.” el cristiano moderno solo lee lo que le conviene, los salmos o los pasajes donde solo le habla de bendiciones y promesas.
11. Compartiendo la palabra a todos tanto niños como ansíanos. V 35 b “No hubo palabra alguna de todo cuanto mandó Moisés, que Josué no hiciese leer delante de toda la congregación de Israel, y de las mujeres, de los niños, y de los extranjeros que moraban entre ellos
No permitas  que por el temor, la pereza o la falta de conocimiento pierdas la bendición que ya está en tus manos. Pero recuerda siempre ser agradecido con todo lo que recibes de Jesucristo.