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Solo el agua pura produce vida. Ezequiel 32

El agua es un elemento de vital importancia en los seres vivos. Las plantas están formadas por mucha cantidad de agua, hasta un 80 % es agua. La mayoría de reacciones químicas y bioquímicas del organismo de un animal necesita que esté presente el agua de una u otra manera. El cuerpo necesita el agua para eliminar toxinas y residuos. Al cabo del día, el cuerpo pierde por traspiración y por orina hasta 2 litros diarios que deben ser recuperados en la alimentación. Superando el 15 al 20 % de pérdida de agua en peso, el organismo puede llegar a fallecer por la falta de agua.

Es por ello que el agua juega un papel determinante de suma importancia para el correcto funcionamiento fisiológico de los seres vivos.
Para que el agua en los seres vivos sea vida es necesario que no esté turbia, que sea potable, pero en esta ocasión no vamos a referirnos al agua natural sino a Jesucristo que es nuestra agua de vida. Juan 7: 37 “En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba.
Solo Jesucristo estando en nosotros puede hacer que de nuestro corazón brote vida, agua pura. Juan 7: 38 “El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva.
Pero Satanás a través de cosas del mundo tales como tradiciones, idolatría y ya no la de imágenes pero si idolatría al dinero, a los hombres etc. quiere enturbiar esa agua
Para los peces el agua es su mundo por naturaleza, es su hábitat. Una manera interesante y efectiva que tienen algunos pescadores para tener una gran pesca es enturbiando el agua, cuando el agua está sucia los peces se confunden y son presa fácil para el pescador y sus redes.
Egipto no era comparado como un gran león fuerte y poderoso, era comparado como un pequeño leoncillo, que para poder coger sus presa lo que hacía era enturbiar el agua con sus patas, Satanás no tiene más poder del que el hombre le quiere dar, el lo que hace es enturbiar nuestra vida, y aprovecha la confusión del hombre para enlazarlo. Ezequiel 32: 2 “Hijo de hombre, levanta endechas sobre Faraón rey de Egipto, y dile: A leoncillo de naciones eres semejante, y eres como el dragón en los mares; pues secabas tus ríos, y enturbiabas las aguas con tus pies, y hollabas sus riberas.
No tomes decisiones cuando los ánimos están alborotados, la ira no nos deja pensar y muchas veces hablamos cosas de las cuales después tenemos que  arrepentirnos.
Cuando tengas problemas en el hogar, en el trabajo o en cualquier otro lugar, y estés enojado por ello,  es mejor esperar a que te calmes antes de hablar, por eso en el mundo nos dicen: respire y cuente hasta diez. Dios es quien se encarga de darnos paz en medio de la tormenta.
Cuando el agua esta turbia y la queremos utilizar lo mejor es dejar que repose, que se asiente el mugre. Solo Cristo puede asentar nuestras aguas. Ezequiel 32: 14 “Entonces haré asentarse sus aguas, y haré correr sus ríos como aceite, dice Jehová el Señor.
Con Cristo ahora tu vida es como el agua trasparente y pura que te da vida y da vida a los demás no dejes que Satanás a través de los problemas la enturbie.
Y si ya el agua de tu vida esta turbia deja que Jesucristo a través de su santo espíritu la vuelva a purificar.



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